Por el caos que vive el Concejo Deliberante de Angaco, en el que no hay sesiones hace seis meses, el ministro de Gobierno, Alberto Hensel, decidió tomar cartas en el asunto e intervenir para limar las asperezas. Según confirmó el alfil uñaquista, convocará "a todas las partes para tener el jueves una reunión en el Ministerio". Así, expresó que buscará llegar a "puntos de consenso para que se ponga en funcionamiento una institución tan importante como el Concejo Deliberante". La intervención no es menor, ya que la pelea en el legislativo municipal ha llegado al punto de que no se reconoce a ningún miembro como presidente, fruto de la división, en la que no hay una mayoría que le responda al intendente bloquista Carlos Maza. La falta de sesiones derivó en que el Concejo no trate el presupuesto para este año, por lo que no está aprobado, lo que ha generado quejas del jefe comunal, quien ha manifestado que "me molesta que lo que ellos buscan (por los opositores) es no dejarme avanzar en lo que me corresponde a mí como gobierno".
La decisión de Hensel refleja su rol político como ministro de Gobierno, quien es el encargado de la relación entre el Ejecutivo y los municipios, además de su vínculo con otros poderes del Estado e instituciones. Por otro lado, expone la necesidad de darle un punto final a un quiebre político departamental de dos sectores que hoy pertenecen al Frente de Todos. Por un lado están los ediles Alejandro Paredes y Cecilia Naveda, que responden a los intereses del intendente bloquista, y los opositores, Claudio Palacio, Natalia Marín y Valeria Olivera, apadrinados por el exjefe comunal José Castro. Así, referentes del departamento entienden por lo bajo que, además de lo institucional, debe haber una solución política.
En Angaco, históricamente hubo conflictos en el Concejo (Ver Una situación…) y, en este caso, ha dejado secuelas institucionales, como el freno total del cuerpo deliberativo, el no tratamiento de propuestas del Ejecutivo municipal y la incertidumbre por el inicio de sesiones, las que deberían arrancar a partir del viernes y, hasta el momento, no hay una fecha definida. La diferencia entre los ediles ha llegado a la Justicia con presentaciones cruzadas. El punto de quiebre es la presidencia, en principio, en manos de Paredes. Los opositores, con mayoría, impulsaron el cambio de conducción a favor de Palacio, pero el oficialismo frenó la iniciativa al indicar que este fue expulsado del bloque oficialista, por lo que no puede asumir el cargo de presidente, ya que no se cumpliría la ley que indica que el legislativo debe estar en manos de un concejal alineado con el intendente.
Maza manifestó que "el problema que existe en el Concejo es bastante complicado" y apuntó contra los opositores al manifestar que "no están cumpliendo con el trabajo por el que fueron elegidos", ya que "desde septiembre que no hay sesiones". Así, dijo que, si bien está preparando su mensaje anual, "no se sabe qué va a pasar" con la apertura porque "no se sabe nada de los concejales". Además, indicó que "les pedí una sesión extraordinaria para tratar el presupuesto y me respondieron con una carta documento indicando que no reconocen lo que la Justicia ha determinado", en referencia a que Paredes no está apartado de la presidencia, por lo que este concejal puede convocar a sesiones, pero "los opositores desconocen ese cargo". Así, Hensel confirmó que las partes "serán convocadas para conversar y encontrar puntos de consenso".
Escándalo
Los ediles Claudio Palacio, Natalia Marín y Valeria Olivera llevaron adelante una sesión en la plaza departamental. Rechazaron el pedido que hizo el jefe comunal para que en el terreno expropiado para el Parque Industrial se construya un barrio del IPV.
Sin mensaje
En al menos los último dos años, el intendente no se ha presentado a la apertura de sesiones para dar su mensaje anual. En 2020 la ausencia se dio por el inicio de la pandemia, mientras que, en 2021, envió un mensaje escrito. Ahora, tampoco se prevé acto.
- Una situación insólita en el Concejo
Por la puja que se dio por la presidencia del legislativo, la apertura de sesiones de 2014 fue un verdadero escándalo. Existía un quiebre dentro del Concejo, al punto que dos ediles aseguraban ser los titulares del órgano deliberativo, por lo que convocaban y llevan adelante sesiones por separado. Así, para evitar roces, durante la apertura de sesiones no hubo un presidente que condujera el acto inaugural, por lo que fue un locutor el que resolvió ante dos mociones presentadas por dos concejales.
Al igual que ahora, el oficialismo cuestionó en ese momento que la oposición decidiera nombrar a un presidente del Concejo. La justificación del bloque oficialista fue que el espíritu de la ley estipula que el presidente debe ser siempre de la misma lista del intendente.
La puja por la presidencia se da porque debe haber renovación de autoridades cada dos años. Según los opositores, en el caso de Alejandro Paredes, su cargo finalizó el 10 de diciembre del año pasado, por lo que entienden que no está más al frente del cuerpo. Del otro lado dicen lo contrario al apuntar que el conductor debe ser de la línea del jefe comunal.