En la última tanda de detenidos por el escándalo de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), el que cayó es el líder local del gremio que agrupa al personal de la repartición. Se trata de Manuel Montivero Miranda, secretario adjunto de la Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos (AEFIP), quien fue apresado el jueves en un operativo en el que participaron efectivos de la Policía Federal y del organismo recaudador. El sindicato, con sede central en Mendoza, tiene jurisdicción también sobre las provincias de San Juan y San Luis.
Está sospechado de tener vinculación con una banda que se dedicaba a contactar empresarios de San Juan y de Mendoza para borrarles deudas impositivas con el organismo recaudador, como así también de participar en negocios de compra-venta de créditos fiscales con empresas truchas o por operaciones inexistentes (ver aparte).
A Montivero Miranda ya le habían allanado su casa, ubicada en la calle Mario Flores, del Barrio Frondizi, en Rivadavia, el jueves 3 de junio. Fue porque buscaban a su hijo, Germán Alejandro Montivero, a quien no pudieron encontrar y aún está con pedido de captura, aunque ha solicitado la eximición de prisión.
En ese operativo al gremialista le secuestraron teléfonos celulares y documentación, como varios talonarios de facturas, pero él no fue apresado. Incluso después participó en una nota con este diario en la que dijo que “espero que todo esto se aclare y se llegue a la verdad de los hechos”. Y sobre las presuntas irregularidades en la delegación local de la AFIP manifestó que “hasta donde conozco, no me consta” y aclaró que “apoyo la actividad investigativa”.
El gremio AEFIP Seccional Mendoza, que es el tiene jurisdicción sobre las 3 provincias de Cuyo, está conducido por el secretario general Walter Coronel, mientras que Montivero Miranda, quien reside en la provincia, era su segundo, como secretario adjunto.
En la investigación judicial que conduce el juez federal Leopoldo Rago Gallo, la sospecha es que había empleados de la AFIP con acceso a las claves fiscales, que eran los que borraban las deudas de contribuyentes.

