"No Chains", la marca de ropa de la cooperativa argentina La Alameda y de la tailandesa "Dignity Returns", presentó ayer su segunda colección a la que definieron como el "resultado de la persistencia por involucrar a consumidores y costureros en el diseño de prendas que promueven la dignidad de los trabajadores y el consumo responsable".
"Los nuevos modelos de remeras "No Chains" surgieron de un concurso global de diseño que lanzamos el año pasado y fueron seleccionados por los miembros de ambas cooperativas", explicó a Télam, Tamara Rosenberg, de La Alameda.
En Argentina, participaron del concurso unos 60 diseñadores gráficos de todo el país, en especial del interior, de los que fueron seleccionados tres modelos que, a través de una buena estética, transmiten con claridad el mensaje de la marca.
La Alameda, cuyo nombre formal es Cooperativa 20 de Diciembre, surgió de la Asamblea Popular del barrio Parque Avellaneda luego de la crisis argentina de diciembre de 2001.
"Sentimos la necesidad de dar una respuesta a dos problemas que había en ese momento: el hambre y el desempleo. Primero hicimos un comedor y merendero comunitario", recordó Rosenberg.
Y agregó: "Una vez cubierta la necesidad del alimento consideramos que era necesario comenzar a generar en forma solidaria y cooperativa fuentes de trabajo genuino como una manera de recuperar la cultura de trabajo y la dignidad de las personas".
En mayo de 2004 la cooperativa logró que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, a través de la Secretaría de Políticas Sociales y Desarrollo Humano, le aprobara técnica y económicamente el apoyo financiero para poner en marcha cinco emprendimientos productivos en el marco del Plan Manos a la Obra.
Uno de estos proyectos fue el taller textil, que comenzó con sólo tres miembros y que actualmente brinda trabajo a catorce costureras y costureros.
La marca del taller fue bautizada como "Mundo Alameda" y el proyecto no sólo fue sustentable, sino que además se expandió comercialmente aunque "todavía persisten problemas financieros ya que debemos tener garantizado el pago de la mano de obra aún antes de que se vendan las remeras".
El espacio sirvió también como semillero para la creación de la Unión de Trabajadores Costureros (UTC) en octubre de 2005, a partir de las denuncias de trabajadores textiles víctimas de explotación laboral y de trata de personas.
Desde entonces La Alameda participó de más de 80 denuncias que incluyeron a grandes marcas, la última de las cuales se realizó el lunes pasado cuando 14 personas quedaron procesadas.
"El contacto con la cooperativa tailandesa Dignity Returns surgió a partir de los congresos que se realizaron en 2008 en Perú y 2009 en Asia en los que nosotros participamos", señaló Tamara al remontarse a los orígenes de la idea de la marca No Chains.
La cooperativa asiática nació de un grupo de trabajadores de una fábrica que producía para Nike y otras marcas internacionales que lograron sostener la producción en forma colectiva luego de que los dueños presentaran repentinamente la quiebra.
Rosenberg relató que "cuando los dueños se retiraron, los trabajadores tailandeses empezaron un acampe frente al Ministerio de Trabajo de su país que duró varias jornadas y así obtuvieron créditos para poner en marcha una cooperativa y lograron el apoyo de la organización Ropa Limpia en Europa".
"Al conocer las experiencias sentimos que teníamos muchas cosas en común y surgió la idea de hacer un proyecto en conjunto para difundir globalizadamente la lucha contra el trabajo esclavo y la concientización de trabajadores y consumidores", explicó la integrante de La Alameda.
Las prendas de "No Chains’ son producidas por ambas cooperativas en sus países y los excedentes de las ventas se dividen en tres partes iguales: un tercio para cada colectivo y el restante va a un fondo para que otra cooperativa o alguna de estas dos pueda sacar una nueva producción.