Recambio. En la sesión especial del miércoles, Risueño y Escuela se refugiaron en una pequeña habitación trasera tras el repudio del público por el desplazamiento de Pacheco. Ayer, junto con el concejal Fernández, sesionaron en ese lugar.

 

Con los votos de sus dos circunstanciales aliados radicales, José Risueño fue elegido ayer presidente del Concejo Deliberante de Angaco. En su nuevo rol, dijo que irá fuerte contra su ex jefe político, el intendente José Castro, ya que constatará las declaraciones en las que había justificado el aumento del uso de combustible de las movilidades oficiales, el eje de la sospecha que el edil le enrostra.

 

El que jugó duro también fue el propio jefe comunal, quien señaló que todo está documentado y que la forma en que Risueño llegó a conducir el legislativo fue “patética”, a la vez que remarcó que deberá responder ante la Justicia, haciendo referencia a la denuncia que le metió por la presunta usurpación de un cargo en la tesorería y por “graves acciones administrativas”. El cruce se dio luego de una sesión que sobrepasó los límites del escándalo y que tuvo su inicio el miércoles por la tarde, luego de que Risueño, Alberto Fernández y Sandra Escuela desplazaran de su cargo de presidente a Mario Pacheco, mano derecha del intendente.

El intendente dijo que se negó a darle favores políticos a Risueño.

El concejal rebelde reconoció que cerraron el Concejo Deliberante con una cadena con candado porque el ahora extitular no les entregó las llaves y temían que desaparecieran expedientes. Pacheco retrucó que no se entregaron las llaves porque, tras su remoción, no se dio un traspaso serio cuando Escuela fue electa provisoriamente en la conducción del legislativo, “algo que no corresponde”, indicó. Y resaltó además que él había intimado a Risueño a que devolviera 55 expedientes del municipio que tenía en su poder.

Pero todo empeoró ayer en la última sesión ordinaria. Con mayoría opositora, Risueño propuso una sesión secreta para definir al nuevo titular del Concejo, ya que debe ser de la misma lista del jefe comunal. Es decir, todo estaba dado para que el ex socio del oficialismo ocupara el sillón debido a que, pese a que ahora está distanciado de Castro, ingresó al deliberativo de su mano. Y el planteo fue en ese sentido porque dijo que el intendente mandó trabajadores municipales a la sesión para presionar a los opositores. Pacheco se opuso porque indicó que la temática a tratar no ameritaba una sesión secreta y que debía ser pública. La gente entró y Risueño manifestó que un vecino y hasta el propio Pacheco lo empujaron. Este último lo negó y dijo que sólo le puso la mano en el pecho para tratar de calmarlo y que los vecinos fueron por propia voluntad. Por su parte, Castro destacó que “no necesito enviar a nadie. Risueño se está olvidando de la gente que lo votó, ya que fue en nuestra lista”.

Al final, los tres opositores sesionaron en una pequeña habitación, en la que el edil rebelde fue elegido como presidente, sin la presencia de los dos oficialistas. Pacheco aseguró que acudirá a la Justicia para que se revea todo el proceso, al que calificó de irregular.

La movida de Risueño para llegar a la presidencia fue, según admitió, para garantizar el avance de la investigación que está encarando contra la gestión actual. Así, sostuvo que el ahora extitular del Concejo obstaculizó los trámites al, por ejemplo, no enviar documentación al Tribunal de Cuentas. Pacheco definió como endebles los argumentos de su destitución y que todos los expedientes siempre estuvieron a disposición.

El exoficialista había señalado que en una auditoría que de enero a junio de 2017, el uso de gasoil de los 15 vehículos oficiales subió un 250 por ciento sin justificativos. El intendente aseguró que la suba se debió al progresivo aumento de tareas y a convenios firmados con Vialidad e Hidráulica, en los que se facilitó las movilidades. Desde su nuevo papel, Risueño dijo que pedirá información a las reparticiones provinciales para constatar los dichos de Castro. Este insistió en que el desembarco de su exaliado en la presidencia es para ocultar sus propias irregularidades.

 

Contrapuntos

 

Acusaciones

Risueño dijo que detectó supuestas anomalías en el uso de combustibles y no quiere “quedar pegado”. Castro indicó que el enojo fue porque se negó a darle favores políticos y a que lo denunció.

 

Cambio de juego

En el oficialismo recordaron que los radicales Escuela y Fernández denunciaron al Tribunal de Cuentas supuestos pagos irregulares de Risueño desde el área de tesorería. Ahora son aliados.

 

Idas y vueltas

En el oficialismo señalan que todos los partes diarios de combustibles tuvieron el OK de los ediles, incluido Risueño. Este dijo que confió en el dictamen de una asesora, hasta que hizo su auditoría.

 

Antiguo respaldo

En diciembre, Mario Pacheco fue ratificado por los ediles, incluido Risueño, como presidente del Concejo. Este último dijo que luego incumplió en sus deberes. Pacheco rechazó tal acusación.