Las cuatro entidades agropecuarias comenzaron a las 0 horas de hoy el segundo paro comercial en lo que va del año, en momentos en que los productores multiplican los cortes de rutas contra de la presión del Fisco sobre sus exportaciones.

La medida, que consistirá en no comercializar cereales y ganado entre hoy y el viernes próximo 27 de marzo, fue convocada un día después de que la oposición no logró que el Parlamento debata un proyecto para eliminar o bajar, según los casos, las retenciones a los granos. Pero la gota que colmó el vaso fue la decisión de la presidenta Cristina Fernández de crear un fondo para repartir entre intendentes y gobernadores con el 30% de las retenciones a la soja.

Los dirigentes de la Mesa coincidieron en que de ese modo el gobierno pretende "congelar" las retenciones en el 35%, asignándole un destino, y por ello interpretan que se trata de una forma de clausurar el diálogo.

La huelga comercial es la séptima desde que en marzo de 2008 el Gobierno impuso un esquema de impuestos móviles a las exportaciones de granos que desató el conflicto y terminó siendo rechazado por el Parlamento, tras lo cual las alícuotas volvieron a ser fijas.

"No alentamos los cortes de ruta", aseguró Mario Llambías, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, en alusión a los bloqueos que se registran desde el jueves en distintos puntos del país.

Tras calificar a las interrupciones de tráfico como "efectos no deseados" relacionados con el hecho de que "hay mucha bronca en el campo", el dirigente aclaró que "no se pretende perjudicar a la población y no va a haber desabastecimiento de alimentos".

En un comunicado, La Mesa de Enlace aclaró que "se permite la comercialización de alimentos perecederos, ganado de invernada y conserva, y productos provenientes de las regiones afectadas por la sequía".

"El paro es una burla, un gesto de irresponsabilidad", manifestó a su vez el ministro del Interior, Florencio Randazzo, quien consideró "una extorsión esto de volver a cortar rutas" y dijo que el Gobierno espera que "prime la sensatez y responsabilidad".

El funcionario opinó que con la nueva convocatoria a la huelga "queda claro que el único interés" de las patronales agrarias es el impuesto a la exportación de soja, principal cultivo del país.

El Ejecutivo se niega a bajarle el tributo (35%) para no afectar las cuentas públicas, mientras el campo lo consideran "confiscatorio" al igual que los de las ventas al exterior de girasol (32%), trigo (23%) y maíz (20%).

"Ayer (jueves) se perdió una gran oportunidad. Fuimos al Congreso para buscar una salida que permitiese reactivar el país y no tuvimos presencia de legisladores del oficialismo", sostuvo Llambías, quien calificó a esa actitud como una "incongruencia".

El ministro de Justicia y Seguridad, Aníbal Fernández, dijo que el Gobierno tiene contabilizadas 68 concentraciones de agricultores en distintas puntos del país y garantizó que los participantes no serán reprimidos.