Los discursos del Presidente y del Gobernador de San Juan, del jueves pasado, como ocurre normalmente dejaron mucho para analizar, ya que en sí representan el pensamiento y los deseos de gestión de los mandatarios. Lo del líder del PRO pasó por donde se suponía que iba a pasar: mucha diferencia de formas con su antecesora, ratificar el combate a la corrupción y contra la pobreza, reafirmar la unidad de los argentinos, y no mucho más. Más o menos lo mismo que venía diciendo en la campaña. En el caso del sanjuanino hubo líneas un poco más claras: no a la improvisación; mucha unidad y participación; casas y caminos como ejes de la obra pública; Educación como centro de gestión y darle contenido a la estructura que dejó José Luis Gioja. A pesar de dirigirse a públicos totalmente distintos, los discursos estuvieron atravesados por esta nueva modalidad de comunicar la política, con serenidad y seguridad, pero poniendo el eje en la empatía con los problemas más populares. Sólo el tiempo dirá si cumplieron o no con lo prometido, pero ambos suenan esperanzadores, se puede arriesgar.

Mientras Cristina Fernández en sus discursos hacía referencia al pasado de manera permanente, Macri sólo se acordó de Frondizi, un líder que recoge admiración sea cual fuere el partido al que se pertenece. Macri no levantó el tono de voz ni siquiera para decir ‘Vamos Argentina’; Cristina casi lloraba a los gritos al hablar. En definitiva Macri hizo el mayor esfuerzo posible para diferenciarse de CFK y parecerse más, por ejemplo, a María Eugenia Vidal, su gobernadora de Buenos Aires. Vidal no deja de reír ni cuando dice que recibió una provincia quebrada y deficitaria. Macri tal vez exageró un poco, porque casi no dio líneas de Gobierno y tal vez debió hacerlo, pero cumplió con la práctica que está de moda, esa que ahora los kirchneristas llaman frívola o vacía, pero que cae mejor que esa retórica con arenga desafiante que la mayoría condenó el 22 de noviembre y que Cristina Fernández enarboló durante los dos períodos que le tocó conducir el país. El kirchnerismo no supo leer ese cambio y tal vez ese fue el error más grotesco que cometió. Lo siguen haciendo, pese al resultado de las urnas.

Es evidente que la gente está premiando otras formas, otra manera de comunicar, otra manera de hacer. Las reuniones de Macri con sus exrivales son signos, al menos en la teoría, de un cambio de estrategia. Veremos luego si esas ideas se siguen o si sólo son actos necesarios para garantizar la gobernabilidad de un Presidente que llegó muy solo. Es legítimo que quiera acaparar, que intente reunir apoyos, porque de otra manera no podrá gobernar. Incluso, tal vez la soledad fue lo que le impulsó a presentar una medida cautelar para terminar con la polémica de la presencia de Cristina en el traspaso. La expresidenta se encaprichó en arruinarle la fiesta a Macri y el ahora Presidente no se lo permitió. Algunos dicen que la cautelar fue para advertirles a la mandataria y a los gobernadores peronistas que no les teme, que hará lo que sea para mantener el poder. Es una hipótesis de mucho valor. Si esa pulseada la ganaba Fernández de Kirchner, la imagen de debilidad lo iba a perseguir por el resto de sus días. No lo permitió y, al final, a pesar de la vergüenza por lo ocurrido, parece que fue un acierto.

Volviendo al discurso del líder del PRO, no hubo mayores sorpresas. Macri se las arregló con repetir lo que viene diciendo en la campaña, que no son más que obviedades: nadie hubiese votado un candidato que diga que va a permitir la corrupción, que va a favorecer al narcotráfico o que de llegar va a crecer la tasa de pobreza en el país. Son las cosas que se le piden a cualquier candidato, que Macri supo contener y que hoy repite, a días de haber asumido. Nunca dijo cómo va a hacer las maravillas que prometió, pero aún está a tiempo de revelar lo que para todo el país es una incógnita.

Uñac

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El gobernador sanjuanino tiene varias metas en la cabeza, pero una de ellas es tal vez la prioritaria: gobernar en su nombre. Tiene las condiciones para hacerlo, pero hasta el mejor equilibrista se sentiría en el filo de la muerte con una situación parecida a la del Gobernador: su antecesor no sólo dejó una huella imborrable, también es su amigo. Tiene que ponerle la firma a su gestión, pero sin manchar la que deja Gioja. Y, en el medio, tiene que hacerse amigo de la oposición, porque la oposición ahora conduce el país. A la vez le gustan las carreras que se empiezan a dar en el peronismo. Se anota en todas, como lo describe un amigo suyo de la infancia. Si alguien le pregunta, dirá que no pasa nada, que son especulaciones periodísticas solamente, que no es momento de pensar en algo así, etc. Pero junto a Gioja sueñan en meterse en esas competencias épicas del PJ nacional, justo en el momento más candente. Un amigo le dijo días atrás: ‘¿No será mucho?’ El pocitano respondió sólo con una mueca, cuentan. No lo descarta. Y Gioja tampoco. Son un tándem difícil de vencer, ojalá que se les dé.

Respecto del discurso, Uñac tiene varias muletillas, pero una de ellas afloró con ganas en los últimos días: ‘Me vengo preparando para esto…’. No quiere sonar improvisado, por eso tardó más de 40 minutos en hablarle a los sanjuaninos desde la Cámara de Diputados y ahondar lo más que pudo en distintos temas, como Educación, Seguridad, Salud y otros. Hay varias frases que fueron muy puntuales y que sirven a la perfección para adivinar el camino que el pocitano empieza a desandar: ‘Casas y caminos van a encabezar los esfuerzos de esta gestión. Es una gran preocupación que tengo y por la que me voy a ocupar fuertemente’, dijo de manera tajante y sin dejar lugar a análisis. ‘Respecto a nuestra economía, quiero ratificar que la agricultura, la minería metalífera y no metalífera, el turismo y la industria seguirán concentrando nuestra atención y trabajo’. Pero enseguida aclaró: ‘En esta actividad, quisiera subrayarlo, la responsabilidad y la seguridad jurídica, también son conceptos que demandan reciprocidad. En otras palabras, también se construyen de ida y vuelta’. Uñac quedó muy molesto con la minería luego de lo ocurrido en Pascua-Lama. No hay que olvidar que él estaba a cargo de la provincia cuando la empresa hizo público que abandonaban el proyecto, situación que Gioja ya conocía desde hacía meses antes del accidente en helicóptero. Y mucho peor fue después, con el derrame de solución cianurada en la mina Veladero, cuestión que ocurrió en plena campaña y que, sin poder medirlo, seguro le costó algunos votos en contra. Parecería que la frase apuntó a advertir algo que se viene.

También tiró una que es categórica y que se aplaude desde todos los sectores: ‘La educación estará en el centro de mi gobierno porque adhiero y comparto profundamente aquel pensamiento de nuestro prócer Domingo Faustino Sarmiento, cuando decía todos los problemas son problemas de educación’. Veremos por qué aspectos de todos los que hay que mejorar, encara primero el actual Gobernador. Se intuye por las pocas frases que tira de manera diario sobre el tema, que intentará capacitar y modernizar la Educación, pero no se sabe mucho más. Como quiera que sea, todo lo que se haga en esa materia es bienvenido. Gioja dejó la estructura, pero ahora hay que llenarla. Casi al finalizar habló de unidad, de esa unidad de la que viene hablando desde que es candidato: ‘Quisiera poner énfasis en esta idea: para construir, no hay oficialismo ni oposición. Lo que nos planteamos es diseñar y edificar prácticas colectivas de cooperación que superen los discursos individuales antagónicos. El bienestar del sanjuanino está primero. Y expreso esto, con la satisfacción de saber que referentes de diversas fuerzas políticas, han manifestado su acuerdo a esta premisa. Lo que nos une es mucho más fuerte que lo que nos separa, si es que hay algo que nos separa’. No hay que olvidar que tras ganar las elecciones convocó a todos los excandidatos a gobernador, similar a lo que hizo Macri. Uñac aún no los convoca, pero ya se sentó con los intendentes opositores, lo que es un adelanto.

La tarea de Uñac y su equipo empezó hace un par de días nada más y habrá que darles un tiempo para acomodarse. Al pocitano se lo nota preocupado por hacer muchas cosas a la vez, como un niño en un patio de juegos. Al menos ya leyó de manera correcta que la gente quiere un cambio: reuniones de Gabinete cada 15 días, funcionarios jóvenes y profesionales, diálogo con otros sectores políticos, discurso llano y calmo. No se puede decir que es como Macri, porque piensan distinto, pero está dentro del cambio, ese que ya es una realidad.