El gobierno convocó para mañana miércoles a los partidos con el objetivo de iniciar la discusión sobre la reforma política, pero la mayoría de la dirigencia opositora reclamó ampliar la agenda e incluir, entre otros, temas sociales y económicos.
Entre los temas para discutir figuran elecciones primarias, abiertas, obligatorias y simultáneas; el financiamiento de los partidos políticos, el gasto de propaganda política de campaña y analizar el sistema electoral nacional.
La UCR, en tanto, puso condiciones para encarar el diálogo con el oficialismo y Elisa Carrió rechazó el llamado del gobierno por entender que el ámbito de discusión es el Congreso.
Las conversaciones se iniciarán mañana, en una primera etapa incluirá a diez partidos políticos, en una siguiente ronda tomarán parte gobernadores y las reuniones serán presididas por Florencio Randazzo, informó el propio ministro del Interior.
"Nos proponemos escuchar y que nos escuchen, hacer propuestas diferentes. Nuestros objetivos están direccionados a mejorar el sistema político argentino, por eso creemos que debe ser un diálogo abierto, amplio y no excluyente teniendo en cuenta que estamos a más de dos años del inicio de un próximo proceso electoral", argumentó Randazzo, en una conferencia en la Casa Rosada.
El funcionario puntualizó que el resto de los partidos políticos serán citados en el lapso de 30 días, en grupos de a diez, porque hay medio centenar de fuerzas con representación parlamentaria y que se intercalarán agrupaciones de mayor peso político con otras de menor dimensión electoral.
En tanto, desde la oposición si bien se respaldó la iniciativa del Gobierno, reclamaron no limitar el diálogo a las reformas del sistema electoral y de los partidos políticos.
Carrió, de la Coalición Cívica, rechazó la convocatoria, señalaron a DyN allegados a la dirigente.
"El lugar de debate, discusión y eventuales consensos de la política económica, social y productiva y de reformas de partidos políticos es el Parlamento", aseveró la chaqueña.
Desde el radicalismo, su presidente Gerardo Morales, se mostró en desacuerdo con la agenda anunciada por el gobierno y pidió discutir la pobreza, la economía, el reparto del dinero entre la Nación y las provincias, la tarifa social y el Indec.
"Esta es una convocatoria para hablar de la agenda que sólo quiere el gobierno", se quejó el senador de Jujuy, en un comunicado.
Por su parte, el gobernador santafesino, el socialista Hermes Binner, rechazó que la convocatoria al diálogo sea una muestra de debilidad y la juzgó como "un síntoma de crecimiento de la democracia".
"Hay una necesidad muy grande de diálogo en todo el país. Es un espacio importante para poder conversar e intercambiar ideas y buscar soluciones", argumentó Binner, al hablar con periodistas de Santa Fe, ocasión en la que aseguró que "siempre la verdad no es una sola y hay que consensuar las posturas".
Por su parte, el presidente del interbloque de diputados de Unión-PRO, Federico Pinedo, advirtió que si el diálogo "se va a limitar a la reforma política, entonces no se va a ocupar de los problemas de la gente".
"El diálogo con los representantes de pueblo tiene que incluir los temas que se van a discutir este año", enfatizó el dirigente de centroderecha en un comunicado.
Pinedo reclamó que se incluya los superpoderes (facultades delegas por el Congreso al Poder Ejecutivo), retenciones, coparticipación del impuesto al cheque, devolución a las provincias de los recursos de la Anses y política de servicios públicos.
