El diputado del peronismo disidente Francisco de Narváez atacó ayer a su ex socio político, el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri, a quien calificó de "bipolar" por no tomar partido en favor de los opositores al kirchnerismo. Sin embargo, horas después y por medio de sus voceros, De Narváez aseguró que no quiso "ofender" a Macri, sino "dar definiciones claras respecto a su afinidad o no con el peronismo federal".
"No ha sido mi intención ofender a Mauricio Macri", expresó el diputado del peronismo disidente. Antes de la aclaración, De Narváez explicó que "en el PRO hay dos posturas, una que dice que con el peronismo se puede tener una buena relación, y otra en la que parece que molestan los pobres en la Argentina, una visión de que todo pasa por el mercado, por el tipo de cambio y por cómo nos insertamos en el mundo".
Por tanto, el dirigente bonaerense consideró que "Macri es bipolar" porque "a veces va para un lado, a veces va para el otro", y advirtió que "mientras se quede recostado en un camino de extremo neoliberalismo, diría que no tendrán lugar (los candidatos del PRO) en este espacio" del peronismo.
"Esta visión derechosa de la política es la que resiste el peronismo, y con razón. El macrismo mide al peronismo como "no los queremos pero los necesitamos", criticó el dirigente y empresario. Al respecto, sostuvo que "Macri es un dirigente muy importante y tiene que definir si el peronismo es parte de su proyecto o si lo quiere usar con fines electorales".
El jefe de gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, opinó que las declaraciones de De Narváez "solamente le convienen al gobierno nacional". La senadora Hilda "Chiche" Duhalde, por su parte, intentó ponerle paños fríos a la polémica al decir que no se "atrevería" a calificar de bipolar a Macri. Por el contrario, estimó que el líder del PRO "tiene futuro" en la política, aunque lo supeditó a la gestión que realice en la ciudad.
