La presidenta Cristina Fernández de Kirchner le pidió a su par de Venezuela, Hugo Chávez, que aclare públicamente los dichos que se le atribuyen respecto de que las únicas empresas que quedarían fuera del proceso de nacionalización venezolano serían las brasileñas. Fue mediante una comunicación telefónica que se concretó, luego de que trascendieran las afirmaciones de Chávez en ese sentido durante el encuentro bilateral que mantuvo días atrás con su colega brasileño, Luiz Inácio Da Silva, en el Estado nordestino de Bahía.
La jefa de Estado le advirtió a Chávez que, de ser ciertas, esas declaraciones significarían una "discriminación" para las empresas argentinas, algunas de las cuáles ligadas al grupo Techint, justamente, fueron estatizadas recientemente por el gobernante venezolano.
El mandatario venezolano prometió que cuando llegase a Caracas, examinaría las manifestaciones publicadas por los medios de comunicación que despertaron el malestar de la Casa Rosada, y luego haría declaraciones sobre la cuestión.
Las afirmaciones que enojaron a la Presidenta de los argentinos llegaron a oídos de la prensa brasileña por un "error" de la organización del encuentro entre Chávez y Lula, que repartieron a los periodistas aparatos de traducción simultánea que eran usados en ese momento por los mandatarios en su charla privada, según contó la corresponsal del diario Clarín en Brasil. Esos dichos inmediatamente tomaron estado público a través de los medios de comunicación y fueron mal recibidas por el gobierno de Fernández de Kirchner, que viene siendo objeto de fuertes críticas empresarias y de la oposición por la decisión de Chávez. "Una afirmación de ese tenor, de haber existido, implicaría un grado de discriminación e indiscreción que excede la esfera de soberanía propia de cada Estado independiente", le manifestó Fernández de Kirchner a su colega venezolano. Asimismo indicó que también "implicaría una actitud inaceptable por parte de estados democráticos de derecho, además de ser absolutamente contradictorio con los acuerdos estratégicos que nuestro país ha celebrado con la República Bolivariana de Venezuela".
Luego del malestar de Cristina Fernández, el gobierno venezolano salió a ratificar "todo su respeto y confianza por el pueblo argentino, por su gobierno y por los empresarios argentinos" y sostuvo que el comentario del presidente Hugo Chávez con su par de Brasil Lula da Silva, publicado por medios internacionales, fue hecho "en tono de broma". Seguidamente, el gobierno argentino manifestó su conformidad con la aclaración del presidente de Venezuela, así lo señaló el ministro del Interior, Florencio Randazzo.
