Es un clásico del oficialismo. Cada vez que la oposición reclama la renuncia de un funcionario, la presidenta Cristina Kirchner sale inmediatamente a ratificarlo. Lo hizo ayer con su secretario de Comercio Interior Guillermo Moreno, en medio de la ofensiva de los dirigentes del PRO y del resto del arco anti K, que lo acusan por haber participado de una agresión a un militante macrista, el sábado en el barrio porteño de Núñez.
El respaldo de la Mandataria llegó a seis días de las elecciones y unas horas antes de que la Justicia porteña imputara a Moreno por lesiones en riña.
“Es un funcionario muy honorable, que cumple muy bien sus funciones”, aseguró Cristina durante una recorrida por la sala de exposiciones de la sede porteña de Coninagro, donde compartió un distendido almuerzo con el Consejo Directivo de la entidad agropecuaria.
Moreno fue denunciado el domingo por Mario Urcelay, colaborador del candidato a intendente de Vicente López, Jorge Macri. Según dijo, el funcionario, que estaba con un grupo de militantes, lo insultó y lo “agarró del cuello” y le exigió que se fuera de la zona, cuando se encontraba haciendo campaña en Nuñez. Y subió el video a la web YouTube. Al conocerse las filmaciones en las que se ve a Moreno cerca de los agresores, distintos sectores de la oposición pidieron la cesantía del polémico funcionario que ha sobrevivido a distintas administraciones kirchneristas.
