A poco más de 5 meses del derrame de solución cianurada de la mina iglesiana Veladero, en el vecino departamento de Jáchal persisten las protestas de un sector contra la minería, las cuales están cobrando una modalidad más virulenta. En la noche del viernes, un grupo de ambientalistas dejó la concentración en la plaza y marchó hacia la casa del intendente Miguel Vega para escracharlo. ¿El motivo? Es que junto a un funcionario provincial había desmentido que los altos niveles de boro y arsénico que detectó el estudio de una universidad mendocina en el agua de dos localidades fuera producto de la actividad minera. Como resultado, los manifestantes pintaron frases de repudio en la calle frente al hogar del jefe comunal y también frente a su vecino, el diputado Jorge Barifusa.

DIARIO DE CUYO se comunicó ayer con el intendente, quien no quiso hablar del tema debido a la situación de crispación que existe, pero sí dijo que las puertas del municipio están abiertas para dialogar y lograr “la unión y pacificación de los jachalleros”.

El rechazo de un grupo de vecinos a la minería se acentuó con la pérdida de un millón de litros de solución cianurada del emprendimiento Veladero, ocurrida en septiembre de 2015. Si bien Jáchal está a, por lo menos, 225 kilómetros de la mina, los ambientalistas sostienen que los ríos y las aguas subterráneas iglesianas alimentan el río y las cuencas jachalleras por ser zona de influencia. Por eso se oponen a la explotación minera. Pese a esa resistencia, el justicialista Vega, quien está a favor de la actividad, se impuso en las pasadas elecciones.

Hace una semana un laboratorio de la Universidad Nacional de Cuyo, que ya trabajó sobre el derrame (Ver recuadro), envió el resultado de las muestras que tomó en distintos puntos del departamento norteño, el cual arrojó altos niveles de arsénico y boro en Mogna y Bella Vista. El intendente le llevó los análisis al secretario del Agua, Edgardo Guerci, y juntos decidieron el viernes hablar por Radio Nacional y llevar tranquilidad a los pobladores. Según fuentes oficiales, los funcionarios descartaron la contaminación y hablaron de que históricamente el río Jáchal ha traído niveles elevados de boro y arsénico.

La explicación no fue suficiente para los integrantes de la “Asamblea Jáchal no se toca”, ya que tildaron de “falaces” las declaraciones de Vega y desconfiaron de la palabra de Guerci. Este medio intentó comunicarse con el funcionario provincial, pero no contestó los llamados. Las declaraciones resultaron el detonante para que la asamblea organizara una marcha y un grupo encaró hacia la casa del intendente y luego a la de Barifusa, donde trataron de escribir leyendas antimineras en el frente de las viviendas. Sin embargo, un operativo policial frenó la movida y las frases terminaron estampadas en la calle. La recorrida continuó por la casa de los padres del jefe comunal, de donde salió molesto y con un hierro un hermano de Vega, quien finalmente no agredió a nadie, según confirmaron fuentes de la asamblea y del municipio.