El plan de trabajo que presentó la minera chilena Los Pelambres para remediar y cerrar ambientalmente la montaña de escombros y residuos que armó sin autorización en suelo calingastino contó con el aval del Gobierno local, que de todas formas pidió detalles y marcó algunos puntos a revisar. La posición de la provincia era una de las que había requerido la Justicia Federal para analizar el esquema de tareas, dado que ya tenía en su poder el planteo de la compañía Glencore, que tiene la propiedad del área afectada. Ahora, el juez Miguel Gálvez debe decidir si aprueba el plan o pide cambios para que se inicien los trabajos que eviten que la escombrera sea un foco latente de contaminación, ya que contiene rocas que pueden generar drenaje ácido hacia las aguas de ríos que alimentan el río San Juan.

En el caso de que el magistrado le dé el OK al plan de trabajo, para ponerle fecha a la orden de ingreso de personal y máquinas desde Chile a Argentina necesitará de los permisos de paso ocasional de Cancillería y del Ministerio del Interior de la Nación. La secretaria de Relaciones Institucionales, Elena Pelletier, manifestó que la semana pasada ya se envió el pedido a los organismos nacionales.

El conflicto en la cordillera se desató en 2014, cuando Glencore (que planea explotar el emprendimiento El Pachón) demandó por daños y perjuicios a Los Pelambres por arrojar 50 millones de toneladas de roca estéril de un yacimiento minero en Chile hacia tierras calingastinas. Además, lo denunció por usurpación de terreno y llevar agua sanjuanina a suelo chileno. La pelea gira en torno a que Glencore quiere que se saque la escombrera, mientras que la minera chilena sólo quiere cerrarla y aislarla definitivamente, dejándola en territorio argentino. La provincia, que intervino a través del fiscal de Estado Guillermo De Sanctis, apunta, en primer lugar, a que se traten los residuos lo antes posible para que no tengan la posibilidad de contaminar y que luego se haga la remoción del llamado botadero.

Hasta resolver si se debe retirar o no la montaña de escombros, el juez dictó una medida cautelar para que Los Pelambres realice un trabajo ambiental. Luego de audiencias de conciliación, la minera chilena presentó su plan de trabajo ante el Juzgado Federal Nº1, que envió copias a Glencore y Fiscalía de Estado. La compañía planteo objeciones, mientras que De Sanctis contestó el viernes que “lo consideramos razonable, aunque es imprescindible que presenten la ingeniería de detalles y le pedimos al juez que le fije una fecha”. El funcionario además solicitó que Los Pelambres realice monitoreos de agua desde este mes y que se tome como línea base de valores de metales en el agua, por ejemplo, los registros anteriores a la construcción del botadero. La primera tarea que la minera debe realizar es el retiro de 470 neumáticos de gigantes vehículos y el plan de cierre consiste “en suavizar taludes perimetrales a 30 grados para que no se desmoronen, compactar la cumbre de la escombrera con 2 capas de material fino, la instalación de una geomembrana y una película de nylon de polietileno, mientras que en la base harán un canal en el que deben caer las aguas de lluvia y deshielo y una estación para tratamiento de agua”, explicó De Sanctis.