A una semana de dejar la presidencia de la Corte de Justicia, Adriana García Nieto hizo un balance de gestión. Indicó que, producto de la pandemia, hubo que reinventar la Justicia y poner en marcha proyectos que estaban previstos hacia más adelante. En esa línea, apuntó que no se logró lanzar la mediación previa obligatoria para todos los fueros, por lo que espera que Daniel Olivares Yapur complete esa misión. Por otro lado, destacó que tiene muy buena relación con sus pares y que con Guillermo De Sanctis disiente en algunos aspectos, lo que no implica un quiebre en el trato. Sobre la inminente puesta en marcha del Sistema Acusatorio, dijo que la Corte le dará prioridad a todo lo que necesite el Ministerio Público Fiscal. También cuestionó a los que indican que ésta es una corte peronista, ya que anteriores conformaciones han tenido otras cercanías políticas.
– En la apertura del año judicial usted hizo hincapié en la cuestión de género y hacer real el "yo te creo". ¿Lo pudo cumplir?
– Las acciones que se hacen en materia de perspectiva de género y de violencia contra la mujer son siempre acciones tendientes a evitar toda forma de violencia y poder crecer como sociedad en este "yo te creo". Hemos hecho muchas acciones, pero por supuesto siempre faltan.
– ¿Cuáles pudo concretar?
– La inauguración del CAVIG, que sabemos que en el camino se tiene que ajustar. La creación este centro implica una visibilidad donde la Corte de Justicia dispuso que ahí exista un abordaje integral. Por otro lado, llevamos adelante la capacitación en perspectiva de género, no solo en este poder del Estado, sino que acompañamos en la capacitación a los otros dos poderes y a los municipios.
– La ley Micaela…
– Sí. Vamos avanzando, pero nos queda mucho porque como sociedad nos queda mucho para poder comprender que la responsabilidad del "Yo te creo" es de todos y de cada uno. Tenemos que tener una mirada como sociedad.
– ¿Qué puntos no pudo realizar?
– Nos faltó mayor presencia física en los departamentos para poder trabajar cara a cara ese tema. Nos quedó poder implementar una oficina de Asistencia a la Víctima, que en el sistema acusatorio va a estar dentro de las facultades del Ministerio Público. Entendemos que cuando las circunstancias lo permitan, lo vamos a poder hacer.
En las causas de violencia nuestra obligación es hacer lo posible para que el proceso sea en el menor tiempo posible.
– ¿Cómo califica su gestión como presidenta?
– El ejercicio de la presidencia es una cuestión circunstancial. Lo que el presidente ejecuta es lo que el cuerpo define y decide. Uno lo que le da es la propia impronta. Todo lo que se logró fue gracias al acuerdo de todos. Hemos podido, como Poder Judicial, reinventarnos y estar a la altura de las circunstancias.
– ¿Reinventarse en qué sentido?
– Todo lo que se venía trabajando en el Poder Judicial era con presencialidad y tuvimos que pensar la manera de garantizar el servicio de Justicia con el parámetro del cuidado, propio y del otro. Eso nos obligó a tener que mirar sistemas informáticos, recursos humanos y cuestiones de infraestructura. En febrero del año pasado teníamos un sólo puesto de trabajo remoto, que era del Director de Informática, al día de hoy contamos con 500 puestos. Crecimos en un 500 por ciento y no estaba previsto ni proyectado.
– ¿Se anima a colocarse un puntaje de gestión?
– No soy yo quien debería ponerlo. Soy muy exigente conmigo y eso me lleva a ser exigente con los demás. Lo que si estoy segura es que como Poder Judicial, como cuerpo, hemos hecho el mayor de los esfuerzos por estar a la altura de las circunstancias.
– ¿Coincide con Quattropani cuando dice que la suya fue la mejor presidencia?
– Me halaga que el Fiscal General tenga esos conceptos, pero creo que lo que se ha logrado en este periodo ha sido gracias al esfuerzo de todos. De eso nos tenemos que enorgullecer como poder del Estado.
– Dentro del Poder Judicial hay más mujeres que hombres, pero lo que se reclama es que estas mujeres no ocupan cargos de jerarquía en la estructura. ¿Cambió algo en su presidencia?
– Es un camino en el que se está avanzando día a día y estamos trabajando para eso. En la última toma de juramento que se hizo en diciembre justamente hubo, casi, una paridad, fue un buen acercamiento. Creo que esa es la manera de construir. Todavía nos falta crecer mucho y que se vea que podemos cumplir cualquier función. Hay que sacar los estereotipos de que las mujeres pueden cumplir determinada función y no otra. Hoy podemos ver que va cambiando ese paradigma.
– Como presidenta ¿Le tocó vivir alguna situación en el que le hicieron ver su condición de mujer?
– No. He sido muy respetada como ministra, como presidenta y como mujer. Hay ciertas cuestiones que a todos nos dificulta porque culturalmente es un poder del Estado que no estaba acostumbrado a que la cabeza sea una mujer. Todos vamos aprendiendo, las mujeres también. Ha habido cuestiones propias de la cotidianeidad. Me he sentido muy acompañada por mis pares y muy respetada por todos los que integran el Poder Judicial.
La única manera de atacar el flagelo de la violencia es que entendamos que la respuesta no es unívoca ni individual.
– ¿Cómo describiría su relación con sus pares de la Corte?
– Tengo muy buena relación y cuando digo muy buena es porque disentimos en muchas cosas. Pero una reunión nunca termina en el disenso. Podemos tener opiniones encontradas, pero tenemos una postura en común y creo que eso es muy bueno. Expresamos con absoluta libertad el disenso y la postura que cada uno tiene. Nos caracteriza que ponemos lo institucional por arriba de lo individual.
– El año pasado trascendió un conflicto con De Santis por un video institucional…
– Con De Sanctis tenemos disensos, pero eso no rompe la relación. Hay improntas diferentes. No hubo nada que haya quebrado o roto la relación. Todo lo contrario. No podemos poner el foco en anécdotas. Si tuviéramos tantas diferencias, no hubiéramos logrado lo que hemos logrado.
– De los proyectos que usted tenía en mente, antes de la pandemia, ¿Qué le quedó por cumplir?
– Lo que nos quedó pendiente y no pudimos llevar adelante fue la mediación previa obligatoria. Por otro lado, si bien se ha hecho mucho, nos han quedado varias cosas que hemos hablado no solo con Daniel Olivares Yapur, sino también con los otros ministros. Por ejemplo, el botón de pago dentro de la Mesa de Entrada Virtual, era un es eslabón dentro del expediente digital. No era el paso que teníamos proyectado para el 2020, pero se tuvo que dar. Estamos orgullosos de haber brindado ese servicio. Otro punto que nos faltó fue avanzar en la responsabilidad social y hay que seguir con la Ciudad Judicial.
– La mediación hoy está prevista para las causas en las que interviene el Estado. ¿Usted habla para todos los otros casos y fueros?
– Claro. Se aprobó una ley y nosotros debíamos reglamentarla. La verdad es que no nos dieron los tiempos. Pensamos en un momento poner en marcha el sistema de manera paulatina, primero en un fuero y después en otro, pero no lo pudimos hacer. Seguro que será parte de este año. Estos son proyectos que no son individuales sino del conjunto.
En pandemia, lo esperable era retroceder en lo que se había logrado. Acá pudimos avanzar.
– Entiendo que la mediación busca resolver la mayor cantidad de causas antes de ir a juicio. Sin esa herramienta, ¿Se ha podido avanzar en la resolución de causas penales? Fuero que tiene la menor tasa de resolución del Poder Judicial.
– Todos sabemos que el sistema penal, como lo conocemos, cumplió su ciclo. No había forma de poder mejorar las tasas. El sistema mismo impedía una resolución adecuada y en tiempo. Hoy la tasa en muy baja, no llegaba al 10 por ciento. Entendemos que con la puesta en marcha del sistema acusatorio se van a mejorar absolutamente las tasas de resolución.
– Pero, en el último año, con el sistema anterior, ¿No se pudo mejorar algo?
– Sí, pero no lo que se hubiera querido. Se acortaron, en algunos casos, los tiempos. En el resto de los fueros, Civil, Laboral y Familia, con la implementación de la oralidad, la apertura de los nuevos edificios y los cambios internos, hemos logrado reducir los plazos de las causas y se han sacado sentencias en ocho meses, cuando antes demoraban años. Por otro lado, en diciembre y después de un año de pandemia, hicimos cambio de edificio al Anexo Jujuy y a partir de febrero han comenzado a funcionar las oficinas judiciales. Hubo un cambio de organización que permite una mayor tasa de resolución y acortar los tiempos, que es nuestra mayor preocupación.
– Sobre el sistema acusatorio, el Ministerio Público Fiscal le ha requerido a la Corte de Justicia una serie de herramientas, como por ejemplo, el Laboratorio Forense. ¿Se va a pasar al Ministerio Público?
– Hace dos años que venimos trabajando en conjunto con el Ministerio Público en la puesta en marcha del sistema acusatorio. Hemos trabajado juntos en total armonía. La acordada de 2019, en la que se creó el Complejo Científico Forense, fue firmada por la Corte de Justicia y por el Fiscal General. Ahí se dispuso cuál es su funcionamiento. Vamos a ir mirando las necesidades y le vamos a dar prioridad a todo lo que el Ministerio Público requiera para poder trabajar. Estamos evaluando cuál es la mejor manera.
– Entonces lo van a hacer…
– Lo que estamos definiendo en la Corte es cuál es la mejor manera de que el Ministerio Público pueda realizar lo que está a su cargo y competencia. El Ministerio Público ya tiene a disposición el Complejo Científico Forense, como lo tiene el juez de Familia cuando solicita un ADN. Siempre lo ha tenido, eso no ha cambiado. No hace falta trasladar nada porque está a disposición.
– Hay un sector de los abogados y de la oposición que indican que esta es una Corte peronista. ¿Qué tiene para decir?
– Las Cortes no se identifican políticamente. Como poder del Estado tenemos muy claro cuál es nuestra función.
– Pero los cinco cortistas han tenido una cercanía y trayectoria partidaria antes de pertenecer al Poder Judicial…
– Las anteriores Cortes y el Ministerio Público Fiscal también han tenido una trayectoria y cercanía política. Todas las personas tienen una mirada desde ese lugar. Nosotros hemos asumido una responsabilidad ante la sociedad sanjuanina, independientemente de cuál puede ser nuestro origen o afinidad. Uno puede tener una afinidad partidaria, religiosa e ideológica. El desafío es, con las afinidades que uno pueda llegar a tener, cumplir con la responsabilidad que tiene a su cargo. Esas críticas no dejan de ser un estereotipo. Nos estamos etiquetando y me parece que nuestra función está por encima de eso.
– Además de la administración ¿La Corte pudo avanzar en la resolución de las causas que le llegan?
– Este año que pasó hemos trabajado mucho para ponernos al día. Hay que recordar que durante el 2019 fuimos tres ministros para todas las causas. Al principio del 2020 éramos cuatro miembros. Recién hemos estado en pleno desde agosto. Así todo, estamos prácticamente en un tiempo razonable sabiendo que nunca se está al día.
– ¿Acortaron los plazos internos?
– Hemos tomado medidas para agilizar el tiempo. El año pasado dispusimos una reorganización para poder abordar las causas, como por ejemplo, que cada ministro tenga un secretario letrado para poder resolver. También acordamos que los secretarios se reúnan periódicamente para unificar criterios, para que puedan debatir las causas entre ellos y no que se empiece desde cero cuando lo recibe el ministro. Este diálogo previo no permite que, cuando cada uno de los ministros vamos a tratar el tema, ya conoce cuales pueden ser las miradas. De esta manera se hace un trabajo más integral. Hay disidencias y por eso hay votos que salen divididos y está bien que así sea. Lo que tratamos es que el tiempo de análisis y de estudio, sea un tiempo provechoso y productivo para todos.
– ¿Se ha podido agilizar las causas?
– Sí. Hemos logrado agilizar la resolución. Mucho.
– ¿Por ejemplo?
– Por lo general, a cada ministro le está llevando un mes definir los votos individuales cuando antes pasaba lo que ocurre en otras provincias y en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, uno voto podía demandar hasta dos años. Acá estamos hablando que por vocalías no están demorando más de dos meses.