Esta vez, las evidentes convulsiones internas que sufre el PRO local fueron mucho más allá de los quiebres puertas para adentro. El excandidato a gobernador del partido en 2015, Martín Turcumán, dio por cerrado el asunto y el viernes renunció a su afiliación partidaria. El dirigente atribuyó su decisión a las fuertes diferencias que mantiene con la conducción que encarna Eduardo Cáceres, a quien elípticamente volvió a acusar de cerrar las puertas y no construir una alternativa seria de oposición en la provincia. Dijo que va a seguir en política y si bien no quiso dar certezas, existen fluidas conversaciones con el massismo y es mencionado como posible candidato de un frente común para las legislativas 2017.
Casi desde su fundación en San Juan, el PRO no para de atravesar revoluciones internas que ni siquiera el triunfo electoral de Mauricio Macri ha permitido saldar o, al menos, disimular. Hace un mes se fue el referente caucetero Jorge Amarfil y el que ahora pegó el portazo es nada menos que Turcumán. El joven fue en 2015 el primer candidato a gobernador del macrismo y una de las caras más visibles en la campaña, además de lograr un buen posicionamiento con más de 60 mil votos cosechados (con 12,8 por ciento, fue tercero).
“No me gusta especular ni dejar de lado lo que pienso. Yo estuve en los peores momentos del PRO y me voy cuando llegó al poder a nivel nacional, mientras muchos quieren entrar”
Turcumán remarcó que sus reparos son hacia la conducción provincial de su expartido, diferenciándola de Macri. “Me voy por la gran decepción que tengo respecto de los modos con los que se condujo el PRO local estos años”, aseguró en dirección a Cáceres.
“Hay sectores que en el Gobierno anterior no ejercieron una oposición seria y el PRO local decide ahora ir con ellos. Nunca se consultó internamente, porque no se ejerce la democracia”.
Y apuntando al mismo objetivo, disparó: “Entiendo que poner los intereses de la gente por sobre los de los dirigentes no es un slogan de campaña y después de varios intentos infructuosos, me convencí de que no existe voluntad de corregir decisiones inconsultas, de abrir las puertas y ser democrático, de ser una verdadera oposición en la provincia”.
Por ahora, no se sabe si los éxodos continuarán. La misma posición tienen dirigentes como Hugo Ramírez, Mario Ortiz y Gerardo Zumel, que no hace mucho salieron con Turcumán a hacer más visible el antagonismo con el estilo de dirección de Cáceres. El primero fue presidente de la fuerza y está condicionado por su rol de funcionario nacional, aunque en su entorno afirman que aún estando adentro no trabajará para el actual diputado nacional.
El excandidato a gobernador no planea irse a su casa y dijo que intentará armar “un frente que realmente sea oposición”. ¿Con quién o desde dónde? No dio precisiones, prefirió la cautela y abrió un amplio abanico de alternativas. “He charlado con dirigentes de muchos partidos, pero nada más”, señaló sin revelar más detalles.
Turcumán también cuestiona la alianza con Basualdo. Como en la campaña, dice que el senador nunca fue opositor aquí.
“De Mauricio Macri sigo pensando que le ha hecho muy bien a la República. Hay muchas medidas que están ayudando al país y otras que seguramente se tienen que corregir”.
Las negociaciones se focalizan con el espacio liderado por Sergio Massa y están avanzadas. Allí confluyen el ibarrismo, el moyanismo, una facción del bloquismo y se está acercando el Gen, con la consigna de pelear unidos las dos bancas de senador y las tres de diputado nacional que se ponen en juego el año próximo. Referentes de ese sector cuentan a todos los que provengan del macrismo y alientan la posibilidad de que Turcumán encabece una lista como candidato.
La coyuntura indica que ese será uno de los grandes frentes opositores en carrera. El otro tiene como protagonistas principales al basualdimo y el PRO, alianza que es motivo de polémica entre los viejos integrantes de Compromiso con San Juan.
El ibarrismo y el moyanismo jugaron con el basualdismo bajo ese sello en 2015 y llevaron como candidato a presidente al tigrense. Pero tras la contienda que declaró ganador a Macri, Roberto Basualdo deslizó sus ganas de aliarse con él y después lo dio por hecho. Fue suficiente para que sus por entonces socios le achacaran torcer el rumbo unilateralmente, y anunciaran que no reeditarán el frente y que se mantendrán bajo el paraguas del líder de UNA.
En momentos en que la situación económica pega fuerte y es el centro de la preocupación social, nadie quiere quedar en offside con el tema electoral y de candidaturas se habla sólo por lo bajo. Basualdo quiere otro mandato de senador y Cáceres la reelección como diputado. Mientras que en el massismo, además de Turcumán, señalan al ibarrista Carlos Munisaga.