El dique Caracoles estuvo 11 años para construirse -entre idas y vueltas- y costó 250 millones de dólares, pero a 15 meses de que empezó a generar energía y a consecuencia de la crisis hídrica que atraviesa la provincia -una de las tres peores de los últimos 20 años-, en los meses de enero y febrero dejaría de generar, según dijo Antonio Soler, director de Recursos Hídricos. El nivel del agua está próximo a la altura de toma, y atento a que Ullum viene bajando muy rápido -5 metros en 2 meses-, pronto se necesitará del agua de Caracoles, cuestión que obligará a frenar la generación en esa presa, porque de otra manera las dos turbinas se dañarán por el ingreso de agua y grandes masas de aire, explicaron.
Cuando el nivel del agua llegue cerca de la toma, esto ocurre entre los 1.080 y 1.082 msnm, se produce el fenómeno conocido como "vórtice", que técnicamente se explica como "un flujo turbulento en rotación espiral con trayectorias de corriente cerradas". Es decir, que el remolino que se produce -similar al que ocurre cuando se desagota una bañera- provoca el ingreso de grandes masas de aire y escasa agua en las cañerías que conducen a la "casa de máquinas", que es donde se ubican las dos turbinas del complejo. "El ruido que se produciría si sucede esto, sería como meter dentro la tubería un tractor funcionando", graficó el funcionario.
"Acá la prioridad es el consumo humano y luego el riego agrícola. Tenemos claro que como están dadas las cosas, ya vamos a tener problemas a mediados de diciembre y considero que en enero y febrero, teniendo en cuenca el pronóstico hídrico que es muy bajo, deberíamos parar la generación en las turbinas de Caracoles", explicó Soler.
Si bien el reservorio de agua artificial más grande de la provincia jamás había generado al 100% de su capacidad -715 GW/h-, por el poco caudal del río San Juan, sus dos turbinas nunca se han detenido. Cuando Caracoles se proyectó, desde el Gobierno se indicó que esta presa aportaría el 40% de la energía que consume la provincia, aunque nunca logró hacerlo al máximo de su potencia. Sin embargo, un freno en la generación de energía no afectaría a los sanjuaninos, porque al estar conectada la provincia al sistema nacional no se compromete el suministro a la población; y según explican desde Energía Provincial Sociedad del Estado (EPSE), tampoco corre riesgo la financiación del dique Punta Negra -hoy en construcción-, que se sustenta en la potencia instalada de los Caracoles y no en cuanto genere.
La advertencia que hace Soler para el verano se fundamenta en datos que ya son preocupantes: hoy el río San Juan trae sólo 27 m3/s, cuando a esta misma altura del año pasado -que también fue una temporada hídrica mala-, el caudal era de 36 m3/s -medido el 26 de octubre del 2009-, mientras que en la misma fecha del 2008, el río llevaba unos 86 m3, es decir tres veces más que el actual caudal. Lo que sí es todavía incierto es cuando se producirán los picos de derrame, dato no menor porque podría modificar el periodo en el que se deje de generar.
