Aunque el ciudadano Samuel Cabanchik tenga sólo 1 voto en las elecciones, un partido apenas en gestación y una sola banca en el Senado, su salto de la oposición al oficialismo dio al Frente para la Victoria (FpV) y sus aliados la mayoría en la Cámara Alta y los convirtió en la fuerza dominante en muchas comisiones que filtran los proyectos.

Las consecuencias del anuncio del legislador quedaron casi sepultadas en el fárrago de noticias sobre la campaña electoral, pero reviste gran importancia para el futuro del Congreso. Cabanchik no se sumará a la bancada del FPV y permanecerá en su bloque personal, pero juramentó que Cristina Fernández de Kirchner "es la única opción política" que le atrae para gobernar el país.

Como nunca antes en los últimos años, el cambio de posicionamiento de un legislador, que se había proclamado opositor, se había hecho con una proclama pública tan entusiasta por el proyecto oficialista. Las veces anteriores el cruce de la frontera era explicado por sus protagonistas como el apoyo circunstancial a un proyecto específico aunque luego se volviese una actitud permanente.

El senador integró los 37 legisladores opositores que se convirtieron en mayoría en marzo de 2010, tras la renovación de bancas que produjeron las elecciones parlamentarias de 2009. La unidad de estos senadores los dotó de un poder decisivo en la cámara y permitió que la oposición se quedara con la mayoría (8 contra 7) de los miembros de todas las comisiones.

Los reclamos de Carlos Menem, entonces un miembro del sector antioficialista, llevaron a que los opositores aumentaran las diferencias y pasaron a manejar comisiones estratégicas en una relación de 9 a 6. Pero en 2010, el FpV que siempre contó con una base de 31 senadores vio engrosar la lista de sus aliados.

Arrancó con 3 (2 fueguinos y 1 neuquino) y después sumó como adherentes leales a la santafesina Roxana Latorre, la rionegrina María Bongiorno y contó con el aporte adicional de Carlos Menem, que con sus ausencias se especializó en hacer fracasar el quórum que necesitaba la oposición.

La bancada oficial comenzó el 2011 con 36 legisladores (31 propios más 5 aliados) en un empate total con los 36 que podía mover la oposición hasta el viernes en que Cabanchik le dio al oficialismo el voto 37 y dejó a la oposición sin chances de manejo de la Cámara.

Cabanchik -que todavía figura en el padrón de afiliado de la UCR-, fue elegido en 2007 en la lista legislativa del ARI porteño que creó Elisa Carrió, pero en un giro similar al que dieron los fueguinos que también llegaron de la mano de la fundadora de la Coalición Cívica, ahora se volcó al territorio político que maneja el Gobierno nacional.

El vuelco del legislador porteño le hará perder a la oposición la paridad de fuerzas que construyó en la Comisión Bicameral de la Ciudad de Buenos Aires, de la que es vicepresidente segundo y además cambia la relación de fuerzas de la Comisión de Medios de Comunicación, de la que es secretario.

Por efecto de la transformación política del legislador, el FpV y sus aliados pasará a manejar además las comisiones de Industria y Comercio, de Salud y Deporte, de Ciencia y Tecnología, de Educación y Cultura y de Defensoría del Pueblo.

Aunque el espacio dedicado a la noticia haya sido escaso, la transfiguración de Cabanchik tendrá efectos importantes en la dinámica del Senado, donde el oficialismo ya había probado que aún en minoría podía bochar casi todos los proyectos que sancionaba la oposición en Diputados.