El excortista Juan Carlos Caballero Vidal atravesó ayer la primera audiencia del juicio en el que está acusado de no promover la investigación para esclarecer el secuestro y los tormentos que sufrió Héctor Cevinelli y la muerte bajo tortura de Alberto Carvajal, cuando era juez de primera instancia durante la última dictadura. La jornada se caracterizó por la lectura de la acusación fiscal y, luego, el exministro del máximo tribunal judicial sanjuanino se abstuvo de declarar, aunque se remitió a las manifestaciones que había realizado durante la etapa de investigación. Más allá de todo eso, la disputa jurídica estará en si podía o no impulsar las causas contra víctimas de violaciones a los derechos humanos luego de que tomara conocimiento a través de actuaciones policiales o denuncias. La puja se dará porque su abogado, Fernando Castro, había señalado que, en el momento en que Caballero Vidal era juez, necesitaba del impulso fiscal para avanzar en una instrucción penal. Sin embargo, el fiscal federal Francisco Maldonado sostuvo que, con un hábeas corpus (como en el caso de Cevinelli) o un sumario policial (como en Carvajal), tenía la posibilidad de actuar, al punto de que señaló que hay antecedentes de condenas a jueces en ese sentido.
Si bien el caso está enmarcado en la gravedad de un delito de lesa humanidad, la pena que está en juego no tiene efectos prácticos, dado que contempla la "inhabilitación absoluta" para ejercer cargos públicos "de seis meses a dos años". El imputado había renunciado en diciembre de 2017 a la Corte para jubilarse y hoy, con 76 años, no cumple ni desempeñará cargos públicos. Así, en el caso de recaer una condena, su valor será simbólico.
Reanudación
Luego de la abstención de Caballero Vidal, el juez Daniel Doffo fijó un cuarto intermedio hasta el 4 de marzo. El fiscal y el defensor acordaron reducir la cantidad de testigos.