Por esas cosas de la política, la última vez que los sanjuaninos pudieron ver en persona a Raúl Alfonsín fue en un sencillo acto en Caucete, donde no había más candidaturas en juego que los convencionales departamentales para hacer la Carta Orgánica Municipal.
Igual, el radical encaró esa campaña comunal como si fuera una contienda presidencial y ensayó un discurso donde exhibió una combinación de su recuerdo como primer mandatario, el análisis de la realidad de Argentina y la reflexión sobre América Latina, todo como parangón para llamar a cada uno de los cauceteros y provincianos con una frase: "sé vos mismo".
Esa fría mañana del lunes 23 de julio de 2006, el salón caucetero no alcanzó a llenarse con la militancia radical. Una paradoja leída así tres años después, cuando una multitud con llantos incansables despidió los restos de ex presidente, convertido en uno de los mitos argentinos. Un símbolo de la democracia, de cuya partida se cumple hoy su primer aniversario.
La que ahora se transformó en la despedida de Alfonsín en San Juan mostró un hombre que además de casi 80 años de edad cargaba sobre sus hombros la preocupación sobre el país aún con ojos de estadista.
"Nos visita un ilustre de nuestras filas, cómo no estar contentos y entusiasmados", lo presentó Miguel Montilla, entonces presidente de la UCR de Caucete.
El invitado, sentado, circunspecto, de traje, encajado en una bandera roja y blanca, con las manos cruzadas en la falda, pasó los primeros momentos en el salón mechando aplausos respetuosos con una sobriedad sólo consternada por la maniobra para sacar un enorme pañuelo blanco del bolsillo trasero con el que se limpió la nariz.
Montilla zarandeó un voto en la mano mientras contaba que lograron armar una lista maravillosa para las elecciones de convencionales de Caucete. A su turno, Salvador Mercado, el primer candidato a convencional y hoy presidente de la UCR provincial, agradeció el importante respaldo.
Alfonsín escuchó los 25 minutos de los discursos de sus antecesores y luego él habló 40.
La locutora lo presentó mencionando la palabra democracia varias veces y la marcha radical retumbando de fondo.
"Es en los municipios donde hay que alentar formas de participación, que son verdaderas formas de educación ciudadana que transforman a toda la Nación en una auténtica democracia", dijo a los inicios.
"No quiero yo cargar absolutamente las tintas contra el gobierno. El gobierno ha hecho cosas buenas, no estamos en la época de la oposición sistemática, eso era la vieja política, la que se basaba en el fracaso del gobierno para que la oposición pudiera reemplazarlo. Hoy ningún argentino de buena fe desea el fracaso del gobierno", siguió, antes de reconocerle al kirchnerismo no mandar tropas a Irak, "la dignidad frente al FMI" y la política de medicamentos, entre otros puntos.
Pero en su justa medida afiló luego una encendida crítica. "Se ve una situación internacional que no había desde los años ’20. Y hay que aprovechar el tiempo, lograr las inversiones correctas y tratar de que ésto llegue a todos los sectores, a los más desprotegidos. Y eso no ocurre. Es un déficit grave del gobierno".
"Hay un espíritu hegemónico y confrontativo, sin ninguna necesidad (…) y el argentino quiere paz", le dedicó al kirchnerismo.
Encaminó un consejo para el final: "hay que producir una verdadera revolución educacional, tenemos que buscar la solución entre todos, y buscar la paz. Empecemos con Caucete, para ir puerta a puerta y decir vos no sos un ente. Te pedimos que te defiendas, no te humilles, sé vos mismo…". Luego, se fundió en un abrazo con los correligionarios.
