La disputa por el control de la Caja Previsional de Abogados concluyó ayer con una amplia victoria del sector que está a favor de la continuidad de la entidad. La lista oficialista consiguió 231 votos, el 74,7 por ciento, mientras que el espacio que apostaba llegar a la conducción para encaminarla hacia la disolución obtuvo 78 sufragios, el 25,3. “Primó la cordura entre los colegas. Somos defensores del sistema y pretendemos mejorarlo”, manifestó Juan Pablo Guimaraes, uno de los miembros de la fórmula triunfadora.

La Caja Previsional es fuente de polémica entre los abogados, ya que hay un sector que viene pidiendo su eliminación debido a que, según señalan, realizan elevados aportes y a cambio recibirán magras jubilaciones y que ni siquiera cuentan con una obra social. En ese marco, buscan que los jubilados y actuales aportantes pasen al sistema de reparto estatal o a un mecanismo alternativo. Así fue que la puja se trasladó a las elecciones de la propia entidad. En ese espacio opositor, hay muchos que no están al día con sus aportes, por lo que, según el reglamento, no están en condiciones de votar. Ese factor jugó en contra de la movida para encarar la disolución.

Además de Guimaraes, la lista por la continuidad de la Caja estaba compuesta por Oscar Blanco, Maira Pandiella y Margarita Toro. Por el lado de la disolución, la integraban Luis Sotomayor, Cristina Laciar, Mariela Ruffino y José Becerra. Los 4 electos formarán parte del directorio y junto a otros 4 elegirán al presidente y vice en diciembre. Tras el triunfo, Guimaraes dijo que trabajarán en mejorar las prestaciones y que seguirán impulsando un cambio en la ley para que haya un extra a través de un porcentaje por cada juicio con contenido económico que se celebre, excluyendo a las causas de familia y alimentos.