El titular de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA), Pablo Micheli, llegó ayer a San Juan para invitar a los trabajadores a participar en la movilización que tendrá lugar el 10 de octubre en Plaza de Mayo, en Capital Federal, que es organizada junto a la CGT de Hugo Moyano, por reclamos sociales y laborales. En la sede local de la CTA, junto al referente provincial, Hugo Leglise, dio una conferencia de prensa en la que respaldó la protesta convocada por el Sindicato Médico.
-¿Qué esperan de la unión con Moyano?
-Lo que esperamos es que los trabajadores se vean beneficiados y por eso la unificación de las acciones por parte de la CGT y de la CTA. Además, poder pelear con mucha más fuerza las reivindicaciones como son la suba del piso del impuesto a las ganancias y que se eliminen los topes para cobrar las asignaciones familiares. Otro tema que nos preocupa es el salario mínimo vital y móvil que se fijó hace pocos días en un contubernio entre el Gobierno, los empresarios y los sindicalistas aliados al oficialismo. Ese salario mínimo no refleja la realidad del país ni la línea de pobreza de la Argentina, sino los números del INDEC, que son mentirosos.
-¿La unidad de las centrales obreras podrá derivar en un frente político?
-No, de ninguna manera. Defendemos la autonomía absoluta de las centrales sindicales de los partidos políticos, de los patrones y de los gobiernos. Eso no quiere decir que no tengamos buena relación con los partidos políticos, pero de ninguna manera vamos a ser parte de ellos.
-Pero Moyano tiene aspiraciones políticas.
-Eso pregúntenselo a él, yo soy de la CTA y Moyano es de la CGT. Hay que aclarar que con Hugo Moyano estamos unidos pero no casados.
-¿Cómo ve el proyecto de re-reelección presidencial?
-Me parece que es una bomba de humo, pero da la impresión de que este Gobierno está intentando ver de qué manera se queda en el trono, pero las cosas se le están complicando. Creo que hay temas más importantes para tratar en la Argentina más allá de la re-reelección.
-¿Cuál es su posición sobre la posibilidad del voto a partir de los 16 años?
-Creo que no está mal en el marco de una democracia participativa, donde los problemas de pobreza están resueltos y que los jóvenes puedan participar es ampliar los márgenes de la democracia. Pero en un contexto en el que la mitad de los pibes no termina el secundario es grave discutir si van a votar o no y no discutamos cómo hacer para que terminen la escuela. Si no terminan la escuela no pueden tener un criterio para decidir cómo votar. Tampoco podrán ser elegidos si no tienen el secundario terminado.
-¿Qué opina de los cacerolazos?
-Que la gente se está cansando, pero hay de todo porque aparece gente ofensiva, con carteles que dan miedo y que recuerdan a épocas nefastas como esos que piden que vuelvan los militares. Pero sí hay mucha gente que está saliendo porque ésta señora en sus cadenas nacionales irrita y provoca sistemáticamente a la población.
-¿Qué le falta hacer al Gobierno nacional?
-Le falta democratizar las instituciones, resolver el problema de la inflación, y la deformación de las estadísticas, porque se miente y se oculta sobre la cantidad de pobres e indigentes en el país.

