Está al frente de una de las consultoras más requeridas por los políticos nacionales que centran su mirada en las encuestas para vislumbrar su desempeño electoral. Ricardo Rouvier pasó ayer por San Juan para disertar sobre Marketing Político en una jornada que incluyó la visita de Fernando Bogado, el director del Instituto Nacional de Capacitación Política. El analista aseguró que la imagen de Mauricio Macri mide mejor que su gestión y que un factor importante para el oficialismo de cara a las legislativas es que la economía crezca. Además, destacó que Sergio Massa quiere ser el conductor del PJ, pero que todavía “le falta” y que un grupo de gobernadores peronistas lo “puso en vereda” tras el proyecto de Ganancias que impulsó.

 

– ¿Cómo se perfila el macrismo para las elecciones legislativas del año que viene tras un año de gestión?
– Un factor que no se puede eludir es que la situación económica afecta la situación social y esto es un factor determinante en el clima de la opinión pública. Por lo que vemos en los números, hay un impacto que se registra, pero al mismo tiempo hay un crédito que se concentra en la figura del Presidente. Al punto tal que la imagen de Macri está mejor que su gestión. Hoy, nos pasa en los estudios más cualitativos, la gente no está planteando tanto el tema de la inflación sino el de que arranque la economía, que lo va a notar de manera más directa en recuperar niveles de consumo. Creo que esto es lo que va a seguir pesando para el año que viene. Si la economía crece, de algún modo se va a ver reflejado en las elecciones, al igual que si continúa la situación actual o empeora.

“En Buenos Aires, Cristina mantiene un crédito competitivo, pero con un techo bajo”.

 

– ¿Qué opciones le queda al macrismo si no repunta la economía?

– Hacer una oferta política. Volver a recordar la situación anterior, volver a plantear que hay una diferencia, que hay un cambio en la cultura política, que se dialoga en el parlamento con los distintos sectores. Esto del diálogo, que tiene un valor, en realidad tiene menos impacto en la opinión pública dado que no está en la interna del parlamento. Un factor a despejar por parte del oficialismo es que la economía rebote.

 

– ¿Qué pasará si no rebota?

– Va a tener que poner mucho peso en el candidato, ya que en las elecciones, como venimos viendo desde hace tiempo, se focaliza mucho en la calidad o la cualidad de los postulantes. El que sea candidato, en cada uno de los distritos, va a poder contrarrestar de algún modo si la economía no llegara a recuperarse. 

 

– ¿Ve un escenario complicado para el macrismo?

– De acuerdo a nuestros cálculos, el oficialismo debería arrasar para alcanzar números significativos que le dé autonomía. Si no tendremos el escenario donde sigue el diálogo y la negociación, que es el que veo. El oficialismo puede ganar, pero igual va a haber un escenario de negociación en el Congreso. Puede mejorar su situación relativa, pero le va a ser muy difícil llegar al quórum propio. Tampoco vemos un triunfo arrasador de la oposición, sino que vislumbramos resultados muy medianos.

 

– ¿Cómo analiza la situación de Sergio Massa luego de la presentación del proyecto de Ganancias?

– A Massa lo veo surfear y por ahí cae de la tabla. Hay momentos que muestra que todavía le falta para ser lo que él quiere ser, el conductor del peronismo. Y no sé si lo va a lograr. De todas maneras parece un precandidato a 2019 interesante.

 

– ¿Pero cómo le repercutió a Massa el freno en el Senado?

– No lo medí, pero todo lo que pudo haber repercutido en la población ha sido negativo para el Frente Renovador. Porque se cayó de la tabla. Me parece que armaron un conglomerado, que no creo que se mantenga mucho en el tiempo, que hizo una propuesta, que tenía errores, y terminó en una olita muy baja cuando empezó como una gran oleada.

 

– ¿Pegarse con el kirchnerismo le jugó en contra?

– Hoy pegarse con el kirchnerismo es una decisión política que hay que pensarla dos veces. La jugada a Massa le salió mal. Hubo una cosa inteligente que hizo el oficialismo, que fue levantar la decisión del veto y comunicarla. Al hacerlo, varios gobernadores quedaron a la intemperie, porque ellos iban escondidos detrás del veto y el costo político lo iba a pagar el presidente. Al informar que no iba a vetar, fue lo que puso en actividad a un grupo de gobernadores muy decididos.

 

– ¿Y eso cómo ve que repercutió en el peronismo?

– El peronismo está sin conductor y a Massa no le alcanzó. A eso me refiero que se cayó de la tabla. Todavía no llegó a aprobar el examen para esa responsabilidad. No creo que haya salido fortalecido dentro del PJ. Aparecieron otros peronistas, gobernadores, que lo pusieron en vereda. En el justicialismo esas cosas pesan.

 

– ¿A quién vislumbra que pueda posicionarse en el PJ?

– No sé. A (Juan Manuel) Urtubey todavía no le da y a (Florencio) Randazzo está en la ambigüedad de si va a ser o no candidato en Buenos Aires.

 

– ¿Qué referencia tiene de Uñac?

– Lo veo como un dirigente que ha tomado una decisión de autonomía respecto a otros sectores del peronismo y es uno de los gobernadores en diálogo fluido con el Gobierno. No está en las posiciones más duras y noto diferencias entre Uñac y Gioja.

 

– ¿Cuáles?

– Uñac ha tomado la decisión de sentarse a conversar y evitar toda confrontación por afuera del diálogo. Está cumpliendo con esa premisa. A Gioja lo veo lejos del Gobierno nacional, pero también distante de Cristina Kirchner.

Está transitando un camino del medio que lo lleva inexorablemente a Massa. No tiene posiciones muy definidas. No está claro de cuánto es la distancia con Cristina. En su postura con el Gobierno sí, pero no lo veo como un enemigo salvaje. Está presidiendo un partido que está prácticamente paralizado. Hoy lo veo políticamente errático. 

“Margarita Stolbizer parece un intento transversal de Massa, lo que tiene un costo”.

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