“Pasame fotos sin ropa y en bombacha, un video más largo y claro”, le escribió un médico de origen ecuatoriano a una nena de 11 años por Whatsapp, como condición para que le diera un dinero que le había pedido para la escuela. Lo que nunca imaginó es que quien estaba detrás del mensaje era la mamá de la menor, quien se hizo pasar por su hija después de que descubriera que su hija ya le había enviado al hombre fotos desnuda y en distintas poses sexuales. Gracias al plan de la mujer, el sospechoso -de 45 años- fue detenido.

Fuentes judiciales indicaron a Infobae que la denuncia fue hecha por la madre el miércoles pasado, quien indicó que el médico era conocido de la familia y que había descubierto unos 10 días antes que su hija le había mandado una serie de imágenes con contenido sexual.

A partir de los datos aportados por la denunciante y tras una rápida investigación del personal de Delitos Sexuales de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, no solo se logró establecer la identidad del acusado sino que el profesional trabajaba en una clínica privada (no se aclaró en qué localidad) y en el Hospital Nuestra Señora de Luján.

Con toda la prueba recabada, la UFI Nº14, del Departamento Judicial de San Martín, que es la que tiene a cargo el expediente, ordenó la detención del ecuatoriano y varios allanamientos. Antes de concretar el pedido de la Justicia, los detectives bonaerenses llevaron adelante tareas de campo y seguimiento en los lugares donde podría estar el hombre de 45 años.

Fue así que pudieron obtener el dato de que el imputado se encontraría realizando horas extras en el hospital de Luján. Sin esperar mucho tiempo, finalmente el presunto pedófilo fue arrestado este viernes, cuando salía de su trabajo. En el procedimiento le secuestraron el celular.

La orden de la UFI Nº14 incluía otros dos allanamientos en domicilios del partido bonaerense de San Miguel. En uno el resultado fue negativo. Sin embargo, de acuerdo con las fuentes consultadas por este medio, en el otro lugar los investigadores hicieron un hallazgo aberrante: descubrieron que el médico tenía una colección de ropa interior de nenas y de mujeres.

También le secuestraron una notebook y otros dos teléfonos celulares. La UFI avaló lo actuado por la Policía y acusó al médico ecuatoriano del delito de abuso sexual y corrupción de menores.