Mario Dossetto, el dueño de transporte El Sampachense, no ha podido hablar tranquilamente con Gerardo Canedo, uno de sus choferes en la empresa. Pasaron unos días desde que, según el joven camionero, un par de delincuentes lo sorprendieron cuando hizo una parada en la ruta, a las afueras de Villa Mercedes, le apuntaron con armas de fuego y le llevaron sus pertenencias y lo que tenía en la cabina del camión. Pero a pesar de eso todavía no está del todo claro cómo fue tal atraco, porque habría más de una versión. Lo único de lo que no hay dudas es que los 13 millones de pesos en efectivo que Canedo tenía en una bolsa de consorcio y que debía entregarle a su jefe fue parte del cuantioso botín que se llevaron los presuntos “piratas del asfalto”.
El Sampachense es una firma que, como su nombre lo indica, es de la localidad cordobesa de Sampacho. “Hace muchos años que nos dedicamos a esto y Canedo es uno de los choferes más antiguos que tenemos”, le comentó Dossetto a El Diario.
El lunes pasado, el hombre le encomendó a su empleado un viaje hasta la capital de San Juan. Allí debía llevar unos animales porcinos y entregárselos a un cliente de apellido Pérez, que le pagaría al momento y con dinero en efectivo. Ese día, a las 22, el chofer de 31 años partió de Sampacho con destino a San Juan. En el semirremolque del camión tipo tractor Volkswagen transportaba 20 lechones, 38 cerdas y 89 capones. Dossetto siguió el recorrido de Canedo, vía satélite. El rastreo le confirmó que había llegado a su destino alrededor de las 6 de la mañana del martes.
El joven descargó los animales en el lugar sin problema, los pesó y recibió de parte de Pérez una bolsa negra envuelta con dos tipos de cinta y que tenía escrito “destinado al señor Dossetto Mario”. En su interior había otras dos bolsas negras y encintadas. Una contenía 6 millones de pesos y la otra 7 millones, en billetes de mil pesos.
La víctima contó que los ladrones sabían que en el vehículo llevaba una gran cantidad de dinero.
Canedo le confirmó a través de mensajes de WhatsApp a su jefe que ya tenía en sus manos la plata y que pronto emprendería el regreso. A las 11 salió de la finca donde había concretado la venta con destino a Sampacho.
Dossetto calculaba que a las 19 estaría de vuelta en la localidad cordobesa. Según le contó el chofer a su jefe, en el cruce de las rutas 7 y 8, decidió parar. “Paró en el patio de vialidad, venía cansado y quiso frenar para orinar y no acalambrarse”, contó. En eso “dos o tres delincuentes lo sorprendieron a él y a Lautaro, el otro chofer que iba”. “Se metieron en el camión, le quitaron la billetera, el celular y la bolsa con el dinero”, relató el damnificado.
Pero esa versión no coincide con otras que Canedo le habría dado a la Policía. Les contó que frenó allí para esperar a Lautaro, quien venía de otro viaje por el lado de La Toma. En eso que Lautaro llegó, se sentó en el camión y revisaba su celular, dos delincuentes encapuchados le pusieron un arma de fuego en la cabeza a uno de ellos. Los dos estaban armados.
“Quédate quieto, no te vamos hacer nada. ¿Dónde está la plata del transporte?”, le exigió el otro asaltante. Canedo le respondió que estaba debajo de la cama. Los ladrones tomaron la bolsa de consorcio y escaparon por el campo, hacia el sur.
Sin embargo, en la Comisaría el camionero habría relatado una versión un tanto distinta, al menos con respecto a la razón por la que frenó en el cruce de esas rutas. Habría confesado que lo hizo para esperar a una persona que se acercaría hasta allí y le vendería “dos gramos” de una sustancia, uno para él y otro para su compañero.
Fuente: El Diario de la República