Néstor Machado heredó la metalúrgica de su papá pero antes había sido de su abuelo. Un legado de tres generaciones que se mantuvo durante muchos años en territorio chimbero pero luego de cinco robos en cinco meses, su dueño, quien también recibió de su padre el oficio de cuchillero, decidió cerrar las puertas: “Me cansé. Trabajo para darle de comer a delincuentes”. El hecho ocurrió en calle Mendoza y Callejón Olmos, frente a las salas velatorias de Chimbas.

En diálogo con Diario de Cuyo, recordó que hace 15 días entraron por un techo y se llevaron máquinas y herramientas que aún está pagando. “En dos semanas me robaron dos veces. No me dan un respiro. No dejan que me reponga”, dijo sarcásticamente Machado, con el objetivo de pasar el mal momento de alguna manera.

Esta vez hicieron un boquete en la pared del taller donde hace trabajos de metalúrgica pero su especialidad son los cuchillos artesanales. Rompieron el muro y en la oportunidad se llevaron una amoladora y varias herramientas. “Sé que faltan más máquinas pero quiero confirmar qué me falta. Aún estoy pagando cuotas de las herramientas que repuse en el robo anterior”, remarcó.

Néstor es un trabajador de 55 años que asegura que se crió en Chimbas y siempre se desempeñó laboralmente en dicho departamento pero ahora con dos stent tras haber sufrido varios infartos, decidió anteponer su tranquilidad a cualquier actividad de trabajo. “Con el robo anterior puse un cerco eléctrico y entraron igual. Estaba por poner cámara pero no, prefiero cerrar, no quiero arriesgarme más”, dijo con pena.

Luego de radicar la denuncia en la Comisaría 17ma, indicó que ya han sido muchos daños los que ha sufrido. “Es escupir contra el viento. Las herramientas no las recupero y encima debo invertir para reparar las paredes y el techo que me destruyeron. No doy más”, cerró con acongojado.