Este miércoles se define el juicio contra Wilfredo Romero (36), el periodista y exfuncionario caucetero acusado de abusar a otra empleada municipal en una oficina de la comuna. Está previsto que a las 9 arranquen los alegatos de las partes y que luego el juez Alberto Caballero comunique su resolución.

Todo indica que el fiscal de la UFI Cavig José Plaza -como adelantó en una audiencia anterior- pedirá 3 años de prisión condicional (sin encierro) para el imputado, al igual que la querellante Laura Reus. En tanto, los defensores Fernando Castro e Ivana Salas van por la absolución, argumentando que la denuncia fue motivada por “cuestiones políticas” y que el abuso no existió.

Sin embargo, Reus -como parte de la Querella- afirmó que a lo largo del debate se ventilaron pruebas muy claras, como el informe psiquiátrico practicado a la presunta víctima, que arrojó que presenta los indicadores típicos de las personas que sufren alguna situación de abuso sexual. La mujer, según la abogada, atraviesa un trastorno por estrés postraumático a raíz del ataque de Romero, por el que se encuentra medicada.

El acusado, cuando decidió declarar en el juicio, negó el hecho que le atribuyen. Dijo que es una persona muy religiosa, que tiene a su madre enferma y que la denuncia lo sorprendió.

“Tengo fe en la justicia, se tiene que hacer justicia”, pidió Reus, a la espera de un fallo condenatorio.

Según la denuncia, el ataque ocurrió el viernes 10 de marzo del año pasado, alrededor de las 15, en una oficina que la presunta víctima -una funcionaria- compartía con Romero en el segundo piso de un edificio en Rawson y Diagonal Sarmiento, Caucete. La mujer dijo que ya cerraba un cajón de su escritorio y estaba a punto de salir de la oficina cuando el por entonces Director de Niñez, Adolescencia y Familia del municipio le pidió que no se fuera, la tomó fuertemente de una mano y con la otra le tocó los genitales mientras le suspiraba agitadamente en el cuello.

Según la mujer, quedó “bloqueada”, pero instantes después reaccionó y lo empujó. Entonces se sorprendió otra vez al verle mojado el pantalón mientras Romero -denunció- volvió a intentar tomarle la mano, pero ella volvió a empujarlo y se fue.