En la madrugada de este viernes, delincuentes ingresaron por sexta vez a una vivienda que funciona como iglesia evangélica en el Loteo Santa Isabel, Chimbas, y se llevaron ropa, calzado y hasta un lavamanos de piedra. Es el segundo golpe en menso de una semana, ya que el pasado domingo desconocidos ingresaron por la misma ventana y se llevaron otras pertenencias. La dueña del lugar, María Aurora Calvo Rosales, realizó la denuncia en la Comisaría 26ª y expresó su angustia a Diario de Cuyo Web: “Nos roban lo que juntamos para ayudar a la gente que más lo necesita”.
Según relató la mujer, el último robo ocurrió entre las 3 y las 4 de la mañana. “Un vecino escuchó ruidos, pero no pensó que estaban entrando. Cuando se fue a trabajar a las 4, vio la ventana abierta y las rejas arrancadas”, explicó. Los delincuentes revolvieron todo y se llevaron ropa de niños y adultos, calzado y un lavamanos antiguo.


Este no es el primer episodio de inseguridad que sufre el lugar, aunque la mujer destacó que la frecuencia está en aumento. “Esta es la quinta o sexta vez que entran. Antes no hacíamos la denuncia porque pensábamos que con solo saber quiénes eran se iba a calmar, pero ahora ya saben que no vive nadie aquí y aprovechan”, contó María Aurora.
La iglesia funciona en el barrio desde 2010 y también sirve como centro de ayuda para personas en situación de vulnerabilidad. “Con eso es que ayudamos a la gente que se arrima a la iglesia. Les damos ropa, calzado, útiles, mercadería. Hace dos semanas le dimos ropa a una señora con niños que buscan en los tachos de basura para poder vender cartones”, relató con impotencia.
Además del daño material, la mujer lamentó que la inseguridad frena sus actividades solidarias. “Antes de la pandemia, funcionaba una escuelita acá. Este año queríamos volver a abrirla, pero con estos robos no podemos. No hay seguridad, nos van a robar todo”, dijo.
Según los vecinos, no se trata de un hecho aislado. “A otros vecinos de enfrente también les entraron y les desvalijaron todo”, comentó la mujer. A pesar de que la denuncia ya fue radicada, la incertidumbre sigue: “Dicen que van a empezar a pasar más seguido, pero antes se veía más movimiento policial y ahora ya no”.
Por el momento, la única medida de protección ha sido reforzar la seguridad del lugar. “Cerramos la ventana con material y ladrillo, a ver si eso los frena un poco”, explicó. Mientras tanto, espera que la visibilización del caso ayude a la comunidad pueda recuperar la tranquilidad.