En las últimas horas, se ha iniciado la autopsia al cuerpo de Julia Horn, la turista alemana que fue hallada sin vida en la zona del autódromo El Zonda-Eduardo Copello, después de tres días de búsqueda intensiva desde el cerro Tres Marías. La expectativa está centrada en el resultado preliminar, que deberá determinar si su fallecimiento fue producto de un accidente, como se presume hasta el momento.

La causa, que inicialmente estuvo a cargo de la fiscal Daniela Pringles, ha sido transferida a los fiscales Iván Grassi y Francisco Micheltorena, especializados en investigar fallecimientos. El estudio forense se está llevando a cabo en la morgue, que está bajo la jurisdicción del Poder Judicial. El cuerpo de Julia ingresó a la morgue ayer a las 21:30.

Hasta el momento, se cuenta con un análisis preliminar realizado por los médicos legales que examinaron los restos de la víctima. Según los primeros peritos, no se observan lesiones evidentes compatibles con un asesinato a simple vista. “El cuerpo presentaba varias fracturas en la pelvis y lesiones en el rostro, entre otras heridas. No había señales de lesiones traumáticas coincidentes con una agresión. Todas las lesiones eran compatibles con una caída”, asegura una fuente clave en el expediente. Sin embargo, será la autopsia completa la que determine con precisión las circunstancias de su muerte. Se buscará determinar cómo se produjo el golpe y si, efectivamente, Julia agonizó, así como si sufrió algún tipo de agresión por parte de terceros.

Determinar la data exacta de muerte se convirtió en otra clave. Para esto, los investigadores ordenaron a los forenses de la Morgue un análisis de humor vitreo, un fluido recolectado de los ojos que además del momento del fallecimiento puede determinar otros procesos subyacentes. Es relativamente frecuente en autopsias. Le fue practicado, por ejemplo, al cuerpo del fiscal Alberto Nisman.

Por otra parte, los fiscales ordenaron los estudios de rigor: test toxicológico y análisis a las vísceras para determinar patologías preexistentes o repentinas como, por ejemplo, un infarto de miocardio o un ACV.

El cuerpo fue recuperado ayer por el grupo de rescatistas de la Secretaría de Estado de Seguridad y Orden Público de San Juan de una quebrada considerada “inaccesible” por expertos, tras ser avistado por un helicóptero, a horas de que el padre de la víctima llegara a la provincia. En el operativo para descender los restos del cerro participaron más de cincuenta efectivos, entre policías e integrantes de los grupos de alta montaña Jáchal y Barreal de Gendarmería Nacional.

Julia había llegado a San Juan como pasante de intercambio a la ONG Youth For Understanding (YFU) el 14 de mayo. Tenía 19 años.