El sujeto que hace un año intentó matar a tiros a su familia en Rawson fue condenado este viernes a 30 años de prisión, dijeron fuentes judiciales. Se trata de José Luis Miranda, quien en un juicio abreviado admitió su responsabilidad y aceptó la pena acordada por los fiscales Eduardo Martínez y Roberto Ginsberg (UFI Cavig) con la defensora María Filomena Noriega.

A Miranda lo castigaron por la tentativa de homicidio contra su expareja de 31 años, agravado por la relación que mantuvieron y por violencia de género (femicidio). Y el mismo intento contra sus dos hijos de 9 y 4 años (este último es autista), agravado por el vínculo y por haberlos atacado, a todos, con un arma de fuego, modalidad que se considera agravante. Los jueces que impusieron la pena fueron Celia Maldonado, Flavia Allende y Gerardo Fernández Caussi.

El baño de sangre que de milagro no terminó en tragedia ocurrió el 23 de noviembre del año pasado alrededor de las 2 de la mañana, cuando Miranda y su ex hablaban sobre el tema económico, porque supuestamente él se iba a trabajar a Jáchal. Hasta que, de repente, en un ataque de celos, sacó un arma, le dijo a su ex que esa madrugada nadie saldría vivo de ese departamento del barrio Hugo Montaño, Rawson. Y cumplió su palabra previo a hacerle firmar un papel a ella, en el que decía que no dejaría entrar a nadie a su casa. Según Fiscalía, le dio dos tiros en la cabeza a la joven madre, otro más en el pecho al nene de 4 y otro en la cabeza a su hijo de 9, que resultó más gravemente herido, pues perdió masa encefálica aunque luego atravesó una notable mejoría. Luego se pegó un tiro que tampoco logró ponerle fin a su vida como buscaba, porque se salvó.

Según la joven atacada, esa noche Miranda los amenazó y buscó matarlos mientras se drogaba; de hecho, le hallaron 7 gramos de cocaína.

José Luis Miranda.

Miranda y su ex mantuvieron una relación de 15 años, 8 de los cuales convivieron como familia, hasta que sus presuntas conductas violentas llevaron a la mujer a pedirle que se separaran casi 4 meses antes del ataque. E incluso a solicitar protección en la seccional 25ta, el 10 de octubre de ese año, a causa de sus continuos hostigamientos. La respuesta a ese pedido se produjo horas después del gravísimo ataque, porque al juez de Familia le llegó justo un día antes de la balacera el pedido de parte del área del municipio de Rawson, indicaron fuentes judiciales.

Las cosas se complicaron a un nivel casi homicida ese miércoles por la noche, cuando Miranda llamó a su ex para hablar del dinero y para decirle que necesitaba estar con sus hijos porque hacía tres semanas que no los veía.

Llegó a eso de las 20.30, salió con los niños por un helado. Volvieron a las 23,30 y se quedó en la casa, tomando cerveza, hasta que la mujer le dijo, a eso de las 2 del otro día, que era tarde, que hablaran del dinero. Pero enseguida le pidió que se fuera y empezó a los gritos, cuando él desvió la conversación, desbordado por sus celos, y ella interpuso una silla y empezó a pedir ayuda a gritos a su vecina.

Esa mujer, un policía vecino y otro que llegó tras varios llamados al 911, presenciaron parte de la balacera que descargó Miranda en su propia familia antes de pegarse un tiro en el baño.