A lo largo de dos jornadas, lunes y martes, declararon dos de los imputados en la causa por la desaparición forzada del ingeniero Raúl Tellechea vinculados a la Mutual del Personal de la UNSJ. Se trata de Luis Moyano, quien por entonces era presidente de la entidad en uso de licencia por cargo de mayor jerarquía, y Miguel Del Castillo, quien ocupaba la presidencia durante la licencia de Moyano.

Con gran cantidad de público, sobre todo familiares y amigos tanto de los imputados como de los hijos de Raúl Tellechea, las tres juezas integrante del Tribunal que estaban presentes, y el cuarto juez de manera virtual, escucharon lo que tenían para decir Moyano y Del Castillo, cuyo defensor aclaró de antemano que no responderían preguntas de la querella ni de fiscalía, tan solo lo harían en caso de que las preguntas fueran hechas por los abogados defensores o por el Tribunal.

La primera jornada, que se desarrolló ayer lunes, correspondió a la declaración de Luis Moyano y se extendió hasta pasadas las 16h. En un largo relato, Moyano procuró ofrecer detalles sobre la relación que mantenía con Raúl Tellechea, poniendo énfasis en lo que calificó como “buena relación, amistosa y de trabajo, con muchos momentos compartidos”, de los cuales contó varios ejemplos.

En tanto que hoy martes, fue el turno de Miguel Del Castillo, quien describió en particular cómo lo afectó en lo personal y familiar, el desarrollo de la causa. “Soy absolutamente inocente de lo que se me acusa”, dijo visiblemente emocionado, rasgo que volvió a aflorar cuando se refirió a su familia.

Tanto Moyano como Del Castillo hicieron foco en la llamada “causa económica” por la cual denunciaron a Tellechea, que resultó sobreseído. Del mismo modo, fijaron posición respecto de los medios de comunicación, por lo que consideraron una “tergiversación de los hechos”.

De ambas declaraciones se desprende una línea que concuerda con lo dicho por el cuerpo de abogados defensores sobre la causa y que seguramente será el eje del alegato final, cuando llegue el momento: la suposición de que Raúl Tellechea “podría estar vivo” y que por lo tanto, “no hay ningún delito que probar”.