Un joven de 19 años fue detenido ayer por policías de Homicidios, con al menos dos pruebas claves que lo complican como uno de los posibles asesinos de Silvio ‘Ringo’ Carpio (47): unas zapatillas con sangre (además de otras prendas manchadas) y una máquina hormigonera de la víctima, dijeron fuentes policiales.
Carpio era un pensionado enfermo de diabetes, que fue hallado muerto por un sobrino el último lunes a la tarde en una despensa de su casa en la Villa San Damián, Rawson. Lo mataron al destrozarle la cabeza a golpes con un ladrillo y además le dieron 26 puntazos en distintas partes de su cuerpo, según reveló la autopsia.
Fue ese estudio del médico el que detectó también lesiones defensivas en el fallecido, hecho que instaló la hipótesis de una pelea con al menos dos sujetos, según fuentes judiciales.
En principio se sospechó de sus sobrinos, pero luego las miradas torcieron hacia las ‘juntas’ que hacía la víctima en su casa.
Ahí saltó el nombre de Braian Gómez (19) que vive casi enfrente de Carpio. A ese joven le secuestraron zapatillas con manchas de sangre y la hormigonera de su vecino asesinado. Pero no fue el único detenido: los pesquisas de Homicidios no descartan que Gómez hubiese actuado en complicidad con otras dos mujeres jóvenes, también detenidas. O con el apoyo de otro vecino, Sebastián Godoy (50 años, alias ‘Boyero’) a quien le secuestraron un DVD y dos garrafas que también le habían robado a Carpio cuando lo mataron, aunque es posible que este hombre solo haya comprado esas cosas, estimaron.
La investigación para esclarecer ese violento ataque incluye también a otro detenido, un vecino de apellido Ge (35), precisaron.
Ahora, serán la fiscal Claudia Salica y el juez Alberto Benito Ortiz (Primer Juzgado de Instrucción) quienes evaluarán las pruebas recolectadas por los policías de Homicidios; calificarán el tipo de delito que se cometió (es decir si hubo homicidio simple o agravado). Determinarán qué rol pudo cumplir cada uno de los detenidos y si algunos deben ser desvinculados.