Eran como las 6,30 de la mañana cuando a Rolando Oviedo lo despertaron para supiera algo que nunca hubiera querido saber: que el segundo de sus cinco hijos, Ismael, había sufrido las peores consecuencias de un accidente de tránsito al mando de su propia moto. Rolando recordó que tuvo que caminar unos 100 metros para comprobar la dolorosa crudeza de esa verdad: Ismael yacía en el asfalto, cerca de su moto, sin ninguna chance. Fuentes policiales confirmaron luego que el joven no llevaba puesto ningún casco de seguridad y que no tuvo ninguna chance cuando se estrelló contra un árbol.
Ismael, también se llamaba Rolando como su papá. Tenía 24 años y era padre de un chico de 3 años que, por la pandemia, no podía ir a ver a Mendoza donde vive con su madre, contó ayer Rolando.
Según el hombre, la última vez que vio a su hijo fue la noche del sábado cuando le pidió algo de plata y le dijo que iba a ver a sus hermanos que viven en la misma zona. "Ya vuelvo", le prometió, sin saber que no cumpliría.
En la Policía aseguran que el joven transitaba hacia el Norte en su moto Honda 125cc por la Ruta 162 y que perdió el control del vehículo a poco de tomar ruta 295 para llegar a su casa.
Si tuvo que maniobrar de apuro para esquivar algún obstáculo como un animal, una persona u otro vehículo. O si se accidentó por alguna falla humana producto de alguna descompensación orgánica, es lo que los policías de la seccional 8va. investigaban ayer. El resultado de la autopsia será clave.