Un camión cargado con más de 600 kilos de pollo volcó ayer en la Ruta 141 cerca de Vallecito, en Caucete, y casi desató una avalancha de personas que por un largo rato estuvieron al acecho con la expectativa de llevarse la mercadería. Al final, la gente se quedó con la ganas porque los policías rodearon el vehículo para evitar el saqueo del vehículo, como ocurrió con un cargamento de carne en enero del 2015. Los encargados del frigorífico tampoco dieron tiempo, dado que no tardaron en levantar las cajas con pollos para no desperdiciar nada y al cabo de 3 horas ya estaba en camino nuevamente para su reparto. Según dijeron, no habían perdido la cadena de frío.
Javier Morandi (37), el chofer, dijo a la Policía que se le bloqueó una de las ruedas delanteras del Mercedes Benz 1114. Para otros se durmió. Sea como sea, todo indica que el camionero perdió el control del vehículo en una bajada a la salida del paraje Cuesta de Las Vacas, agarró la banquina y se dio vuelta.
Eran alrededor de las 9. Morandi y su acompañante, Gustavo Vera (34), sufrieron golpes pero leves, indicaron en la Policía. El que no se salvó fue el camión térmico, que quedó destruido con las cajas de pollos esparcidas a la vera de la Ruta 141, a 6 km de Vallecito. El vehículo, de la firma Frigorífico San Juan, llevaba 300 cajas con más de 20 kilos de pollo de cada una con destino a ese poblado caucetero y a Valle Fértil, informaron uno de los encargados y la Policía.
Los uniformados de la Unidad Rural Nº1, con experiencia en estos casos, llegaron a los pocos minutos y cercaron la zona en esos instantes que algunos curiosos empezaron a arremolinarse, quizás esperando una señal o que alguien hiciera la punta para abalanzarse sobre las tentadoras cajas de pollos. Nada de eso ocurrió. Al menos 7 policías se apostaron en distintos puntos, mientras la gente miraba atenta a ver qué hacían con la carga. A todo eso, llegó el personal del frigorífico con otro camión y empezó a cargar rápido las cajas. Fue así que poco a pocos los curiosos fueron desalentándose de la idea de poder manotear al menos un pollo. Es más, en un último intento, un vecino preguntó si le vendían una caja y salió despavorido cuando le pidieron $600.

