Había sido su hermana quien le pidió ir a cuidar a sus hijos pequeños mientras ella participaba en una reunión por la venta de cosméticos. Era algo habitual entre hermanas, pero aquella vez la situación sufriría un violento giro: cuando los chicos dormían, el cuñado de la jovencita, por entonces de 15 años, la tomó por la fuerza en su casa de Rawson, advirtiéndole que se quedara quieta porque si no la iba a matar. Y la violó. Ni ese día ni los subsiguientes la chica dijo nada, hasta que tres meses después comenzó a sufrir cambios repentinos, se descompensaba con frecuencia, se mareaba, vomitaba. Además, su mamá había notado que se quedaba callada, retraída y se resistía a ir a la casa de su hermana.
Si el juez acepta el acuerdo, podrá aplicar una pena igual o menor, pero no un castigo mayor
Entonces su madre decidió llevarla a un centro sanitario y allí la causa del problema resultó sorpresiva: un posible embarazo, que otros estudios confirmaron enseguida.
El 4 de octubre de 2016, la humilde madre (viuda) de esa niña y de otros ocho hijos, denunció el caso en la Policía señalando a su yerno como principal sospechoso, pues al salir del centro de salud su hija le había confesado entre lágrimas que había sido el ‘Gringo’ quien la había sometido.
Las presiones que sufrió luego la chica la llevaron a contradecirse, con la intención de favorecer a ese changarín que, cuando supo de la denuncia, llegó a la casa de su suegra y negó a los gritos siquiera haber tocado a la jovencita.
La menor para entonces ya no quería ir a la casa de su hermana.
El confuso relato de los hechos llevó a los pesquisas judiciales a eliminar las dudas con una prueba científica: un ADN a ese varón que nació en marzo de 2017.
Y desde ese momento todo quedó definido, pues el estudio arrojó un contundente 99,999% de probabilidad del sospechoso como padre de la criatura.
Sin otra salida para zafar de ese delito que siempre negó, el acusado decidió evitar un juicio común. Y a cambio de una rebaja de pena decidió que lo mejor era acordar un juicio abreviado con la fiscal Marcela Torres a través de su defensora María Noriega. En ese convenio, admitió que violó a su cuñada y aceptó un castigo de 8 años de cárcel.
Ese acuerdo fue ratificado ayer ante el juez de la Sala I de la Cámara Penal, Juan Carlos Caballero Vidal (h) quien podrá aceptarlo o rechazarlo. Si lo acepta, podrá aplicar una pena igual o menor, pero no una mayor.