Un hombre de 41 años que durante varios años fue empleado del Club San Martín, admitió ayer que violó a su hijastra de 17 años cuando la niña estaba postrada en una cama casi sin poder moverse a causa de la severa enfermedad neuromuscular crónica que sufre. Y a pesar de haber ratificado su autoría en el delito de abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de convivencia, se quejó porque a su entender "es mucho" los 10 años de cárcel que a través de su abogado Narciso Godoy, acordó recibir en un juicio abreviado firmado con la fiscal Marcela Torres, dijeron fuentes judiciales.
El hecho que le atribuyen a ese sujeto que se casó con la madre de la niña (no se lo identifica para preservar a la víctima) ocurrió el 28 de diciembre de 2017 en la casa donde convivían en Capital.
Fue alrededor de las 19. A esa hora la madre de la víctima y otra hija salieron hacia una peluquería, mientras la niña permanecía recostada porque había sido afectada por una de las crisis de esa grave enfermedad que le impide moverse porque afecta sus músculos.
El confeso abusador había terminado de bañarse y enfiló derecho al cuarto de la menor, que con la poca fuerza que tenía alcanzó a lanzarle un desodorante pero nada pudo haber para impedir el ultraje sexual. "Si decís algo te mato", amenazó el sujeto. La niña rompió el silencio meses después. Y entonces el sujeto negó haberla sometido y dijo que a esa hora trabajaba. Las pruebas sin embargo lo complicaron, pues se demostró que no trabajó a la hora en que ocurrió la violación y los informes psicológicos sobre la niña ratificaron que no mentía. Decide el caso el juez Raúl José Iglesias.