Como todos los 13 de cada mes, Rubén David Arbo fue a cumplir fielmente su promesa de participar de la misa en honor a San Antonio de Padua en Sarmiento. Estuvo ahí hasta las 21 del jueves y se retiró de la parroquia, seguramente con la idea de volver en febrero. Iba solo en su moto rumbo a su casa en 9 de Julio, cuando a mitad de camino su destino cambió. A la altura de Santa Rosa, embistió a un joven que supuestamente reparaba su moto a un costado de la ruta 270 y ese fue el final para Arbo.
El choque fue extraño, porque su moto casi no tuvo daños y la otra persona apenas sufrió algunas heridas. Sin embargo, Rubén David Arbo, de 36 años, se golpeó la cabeza -pese a que tenía puesto el casco- y hasta perdió masa encefálica, lo que le provocó la muerte a los pocos minutos. Es más, cuando fue asistido en el Hospital César Aguilar de Caucete a eso de las 22,10 del jueves, ya estaba sin vida, confirmó el médico Raúl Zamitto, director de ese nosocomio.
"El era una persona muy sana y religiosa", contó Daniel González, su cuñado. La prueba está en que la noche del jueves venía de la tradicional misa de San Antonio de Padua que se hace todos los 13 en la parroquia de Media Agua. Quizás, le había ido a pedir al santo que lo ayudara en el nuevo trabajo que había conseguido. La semana pasaba había renunciado a su empleo en una firma agrícola y en unos días más empezaba en otra empresa, contó su hermano Diego.
Rubén Arbo era veinticinqueño, pero después de casarse se fue a vivir al departamento 9 de Julio. Hacia allí se dirigía, pero el trayecto obligado era por 25 de Mayo a través de la ruta 270.
Su mujer y su nena de 11 años, lo estaban esperando para cenar. Sin embargo, Rubén David Arbo jamás llegó debido a ese imprevisto en la ruta 270, entre las calles 4 y 5, en Santa Rosa. El accidente ocurrió pasadas las 21,30. La versión de los policías de la Seccional 10ma. indica que Arbo, que transitaba en su moto Skigo 110cc. de Sur a Norte por esa arteria, aparentemente no vio a Roberto Ahumada (28) y Raúl Rodríguez (23) que estaban intentando reparar al ciclomotor Juki 50cc. que se les había parado.
Supuestamente, Ahumada permanecía agachado al lado del rodado, al borde del pavimento, explicaron. Arbo, según la versión de Ahumada, lo embistió a él y a su moto. Pero parece que no fue ese impacto, sino la caída lo peor para Arbo, que voló unos metros y cayó de cabeza en el pavimento, relataron en la Policía. Un amigo suyo -que es vecino de la zona- lo reconoció y lo auxilió, pero cuando lo llevaron al hospital ya era tarde. Ahumada sufrió heridas en la cadera y una pierna, pero no eran de gravedad, señalaron las fuentes. Al otro muchacho no le pasó nada.
La familia de Arbo tenía algunas dudas sobre lo sucedido, dado que no les cerraba que la moto de Rubén prácticamente no tuviera ningún daño. Además, la única versión que había era la de Ahumada. Por eso dijeron que habría que averiguar si hubo un tercer vehículo que pudo haberlo tocado o encerrado al ahora fallecido.