Un jornalero de 45 años fue encontrado alrededor de las 16,30 de ayer ensangrentado en el patio interno de su casa en la Villa San Agustín de Valle Fértil. Y a pesar de que lo llevaron al hospital Alejandro Albarracín, no pudieron salvar su vida. Según fuentes policiales y algunos vecinos, el jornalero Daniel Burgoa (lo apodaban “Cuchillo”) tenía cortes al menos en una muñeca y un puntazo en el pecho. Y el cuchillo con el que se provocaron esas lesiones estaba en una cama, indicaron.

La duda de los pesquisas no era menor: al cierre de esta edición tomaban testimonios en la seccional 12da para poder reconstruir qué había pasado, pues no sabían si había sido víctima de un ataque o si él mismo se había lesionado.

Una versión no confirmada por los policías hablaba de que Burgoa cayó letalmente herido en medio de una discusión con otra persona. Pero voceros ligados al caso indicaron -al cierre de esta edición- que no tenían testigos que mencionaran un altercado previo al ataque.

En cambio daban algo de crédito a la hipótesis de la autoagresión, porque algunos vecinos y quienes conocían a la víctima habrían referido que ya había tenido episodios de alucinaciones que hacían dudar de que estuviera bien mentalmente.

Otro dato que trataban de dilucidar es si Burgoa estaba con alguien o no al momento en que sufrió las mortales heridas. Al parecer, estaba solo, indicaron.

“Solo vivía con un hermano (en Alem y 25 de Mayo) que al parecer no estaba cuando sucedió el hecho, pero se está investigando con detenimiento cada cosa. Hay que esperar el resultado de la autopsia y conocer otras pruebas para tener un poco más de precisión, por eso no se puede establecer si fue o no un homicidio”, dijo ayer un jefe policial.

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El jornalero fue hallado ensangrentado en un patio interno. El cuchillo estaba en una cama.
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