La Policía está para brindar seguridad. Ni para agarrarse a piñas, ni para contestar groserías, ni para recrear escenas del cine. Eso es lo que parecen no haber entendido algunos efectivos que durante un operativo en la zona sur del conurbano bonaerense participaron de un incidente que ya despertó un caliente debate.
El video muestra a un uniformado con la camisa desprendida frente a otro sujeto que está en guardia. Ambos son corpulentos, casi pesos pesados, por lo que a poco de verlos "plantados" se anticipa un combate feroz.
Ahora bien: el problema es que los otros efectivos dan la impresión no querer intervenir en la situación. O no saben cómo hacerlo, o no creen que sea necesario. Lo evidente es que si el hombre estaba luchando contra un agente, lo que había que hacer era reducirlo de manera inmediata y entre varios policías, de ser necesario. No dejar que avanzara un duelo del far west.
Hace tiempo que se marcan las deficiencias y las pocas horas de entrenamiento de algunas fuerzas en Argentina. Por momentos, pareciera que se confunden los códigos de barrio con el papel que debe cumplir una institución profesional.