Tres suicidios, dos asesinatos, una muerte por accidente y otra por enfermedad. No son datos de una estadística, son las huellas de las tragedias que marcaron a una familia iglesiana y especialmente a una jovencita que en medio de todo ese drama quedó huérfana al igual que sus hermanos, que después padeció los maltratos de su abuelo y también el drama de ser violada por su propio tío. Una historia terrible si la hay la de esta chica que apenas acaba de salir de la adolescencia y ya es mamá, y que esta semana cerró uno de los capítulos más dolorosos de su pasado con la condena a 12 años de prisión de ese pariente suyo que la sometió durante 8 años.

Quizás nada aplaque el sufrimiento de la joven (su nombre se preserva) de 18 años, pero esta semana los jueces Eugenio Barbera, Eduardo Gil y Matías Parrón hicieron algo de Justicia con la condena a ese iglesiano de 48 años, quien es hermano de la madre fallecida de esa chica. El fiscal José Mallea había pedido 16 años de cárcel.

El caso se conoció en el 2013 a través del director de una escuela albergue del norte provincial, quien denunció el calvario de esa chica que era abusada por su tío y maltratada, junto a sus hermanos, por parte del abuelo. Ella tenía 16 años y todo surgió tras conocerse que estaba embarazada. La adolescente contó que, desde los 8 años, su tío la manoseaba y la accedía carnalmente. Un primo y su hermano menor testimoniaron que el hombre, aprovechando que compartían la pieza, por las noches se cruzaba a la cama de la jovencita y la sometía bajo amenazas. En ese entonces, ellos vivían en la casa de sus abuelos, quienes supuestamente los tenían descuidados y los maltrataban. De hecho, sacaron a los chicos de esa precaria vivienda por orden judicial.

Los maltratos y el abuso sexual sufrido por esa chica sólo fueron un triste episodio más en su corta vida. En realidad, pareciera que el maldito destino ya se había ensañado contra ella y sus hermanos desde antes. Algunos de esos chicos aún no habían nacido cuando su joven madre perdió a su esposo, que se ahorcó en un pueblito alejado de Iglesia. Esa sería la primera tragedia familiar, a la que le sucedieron otras y otras.

Dolor tras dolor:

Años más tarde, la mujer formó pareja con otro hombre y llegaron más hijos, entre ellos la joven que fue víctima del abuso. La pobreza hizo que la familia se mudara a Rodeo y viviera de prestado en una casucha de un solo ambiente en el camping del pueblo. Pero nunca encontraron tranquilidad. El 28 de marzo de 1999, la desgracia golpeó de nuevo a esta familia. Ese día, en el paraje de Chacras de Vega en Iglesia, la tía de esos chicos murió asesinada a cuchillazos por su marido, quien luego se quitó la vida ahorcándose.

Como si fatalidad los persiguiera, el 6 de febrero de 2000, esos niños perdieron a su hermano mayor (hijo de la primera pareja de su madre). Él tenía 17 años y se ahogó en el Dique Cuesta del Viento por querer sacar su gorra del agua. Lo más terrible igual estaba por venir. La tarde del 13 de diciembre de ese año, tras una discusión, el papá de los niños atacó y asesinó a su mamá golpeando su cabeza contra un block de cemento. Presa de su propia locura, el hombre luego caminó hacia una arboleda y minutos más tarde se ahorcó.

Ninguno de los siete niños pudo olvidar ese nefasto día, menos todavía uno de los hermanos mayores que esa tarde tuvo la desdicha de encontrar el cadáver de su mamá. Hasta hoy existe la versión de que él vio cómo su padre mataba a su mamá. Lo cierto es que el chico jamás pudo recuperarse de ese horrible trauma. Los relatos indican que fue internado por problemas psiquiátricos y el año pasado finalmente murió con sólo 20 años.