Una empleada de comercio se quedó sin casa por culpa de un incendio que destruyó casi todas sus cosas, las de sus hijas (23 y 13) y la de un nieto de 3 años. "Son años de esfuerzo tirados… no tengo en qué vivir y no sé si voy a poder reponerme", lamentó ayer Estela Pelletier (45), al borde del llanto.
El fuego comenzó a eso de las 15.30 del martes, en esa vivienda ubicada en el 2306 (S) de la calle 1´ de Mayo, en la Villa del Carmen, Rivadavia. A esa hora Pelletier estaba con su hija mayor (la menor actualmente se encuentra con su padre en otra provincia) y su nieto. "Saltó la térmica, empecé a revisar y vi que del aire salía apenas un humito. Intenté apagarlo con un extintor pero no había caso. Después trajimos como cinco más pero no podíamos controlar el fuego", contó la mujer, que también es modista. En ese momento atinaron a cerrar la puerta de esa habitación, como queriendo contener en ese espacio las llamas. Pero no funcionó porque en minutos toda la propiedad estaba ardiendo. El fuego se extendió con facilidad porque la vivienda es una prefabricada de madera a la que ellos le hicieron un revestimiento de ladrillos. Toda la estructura quedó destruida (incluido el techo de chapas) y también perdieron los muebles, electrodomésticos, ropa, calzado y el resto de las pertenencias.
"Lo poco que quedó de pie ya no sirve, hay que tirar todo porque se puede derrumbar", expresó la trabajadora, totalmente desconsolada por ver en ruinas esa casa que había adquirido 20 años atrás. "Gracias a Dios a ninguno de nosotros nos ha pasado nada, estamos vivos. Desarrollo Social me ha traído una camita en la que duermo con mi hija y mi nieto en la casa de mis padres, pero no podemos seguir quedándonos ahí. Mi situación es más que crítica, estas cosas a uno le duelen mucho porque uno labura como un infeliz, se priva de cosas para tener un poquito más de comodidades y te toca esto", sostuvo. La mujer estaba enojada con Energía San Juan "porque todo fue por una bajada y subida de tensión".