La enésima pelea entre internos de un pabellón del Servicio Penitenciario de Chimbas, terminó en la noche del jueves con al menos cuatro heridos. El más grave de esos lesionados fue el único que cruzó los muros de la prisión hacia el Hospital Guillermo Rawson, donde le curaron las heridas y lo operaron de la más grave: un profundo puntazo en el abdomen que obligó a los médicos a extirparle unos 60 centímetros de intestino, dijeron ayer fuentes penitenciarias y policiales.
El violento cruce, ocurrió por razones desconocidas alrededor de las 21 del jueves en el pabellón 2, sector 1 de la cárcel apostada en Chimbas.
La versión de quienes conocieron el caso es que a esa hora se desató un conflicto entre grupos rivales que de inmediato obligó a la intervención de los uniformados, pues uno de esos internos, identificado como Roberto Alejandro Báez (28) había quedado gravemente herido.
Según los voceros, Báez sufrió puntazos en el tórax, las piernas y el abdomen. Y fue necesario trasladarlo a un centro de mayor complejidad, por la lesión que comprometió sus intestinos.
Otros tres internos también terminaron heridos pero fueron atendidos en la enfermería de la cárcel, precisaron.
Ayer, Báez seguía internado en grave estado en el Hospital Rawson. Y el avance de la investigación que iniciaron los policías de la Seccional 30ma con directivas de autoridades del Quinto Juzgado de Instrucción, dependerá de la versión de la propia víctima.
No es un punto menor ya que, habitualmente, los presos que resultan heridos en un conflicto interno no suelen denunciar a sus atacantes ya sea porque buscan luego revancha por mano propia, o porque temen una nueva represalia de él o los agresores, dijeron voceros del caso.
El caso podría ser calificado en la Justicia como lesiones graves, indicaron.

