El aviso. A través de esta publicación, la inmobiliaria ofrecía ese terreno de calle Gorriti, en Santa Lucía, y a través del cual se cometió la estafa.

 

 

Uno ofrecía la propiedad con la supuesta documentación y la pareja, por su parte, se presentaba como la dueña del terreno. El plan les salió casi a la perfección porque consiguieron engañar a un matrimonio jachallero vendiéndole el lote a 350.000 pesos. Sin embargo, la jugada se les volvió en contra cuando los compradores descubrieron que la propiedad era de otra familia, que todo era una estafa y radicaron la denuncia. Tanto el hombre y la mujer que decían ser los dueños, como el operador inmobiliario, acabaron presos.

Una de las principales imputadas por el fraude es Celeste Molina, una mujer que ya tiene antecedentes por otra causa de estafa con la venta del mismo terreno. Los policías de Defraudaciones y Estafas la detuvieron en su domicilio en la calle Segundino Navarro, en Capital, y le secuestraron 37.000 pesos. Otro de los involucrados es su pareja, Fabián Copolella, con domicilio en Chimbas, y el tercer apresado es Rodrigo Aguado, el cual ofrecía la propiedad a través de su inmobiliaria de Rawson en una conocida página web de compra y venta de San Juan, revelaron fuentes del caso.

El matrimonio de apellido Páez vio ese aviso en noviembre último y se contactó con Aguado, quien le mostró el terreno situado en calle Gorriti cerca de ruta 20, Santa Lucía, y le exhibió documentación, indicaron en la Policía. Según las versiones, el mismo Aguado después presentó a Celeste Molina, que andaba siempre con Copolella, como la dueña del lote y posteriormente acordaron con los Páez la venta del terreno a 350.000 pesos. Como parte de pago, la familia entregó un auto Volkswagen Surán valuado en 180.000 pesos y además 170.000 pesos en efectivo para cancelar la deuda.

Las semanas pasaron y la entrega de la documentación empezó a demorarse. Un día, los Páez fueron a ver el terreno y sin querer tomaron contacto con un vecino que les alertó que tuvieran cuidado, que esa propiedad había sido vendida como diez veces por gente que andaba estafando. A raíz de esto la pareja fue al Registro Inmobiliario y ahí descubrió que ese terreno estaba en juicio sucesorio y pertenecía a otra familia, y no a Molina.

Los Páez hicieron el reclamo y, viendo el problema que se les venía, los presuntos estafadores quisieron proponer un acuerdo extrajudicial para devolver la plata. Eso no frenó la denuncia en la sección Defraudaciones y Estafas, cuyos investigadores detuvieron a Molina, Copolella y Aguado. A la pareja de la mujer le secuestraron la Surán.

 

 

La misma mujer, la misma estafa

 

Celeste Molina ya sabe lo que es estar presa. En agosto de 2016, los policías de la sección Defraudaciones y Estafas la detuvieron por estafas con la venta de lotes de calle Gorriti, cerca de ruta 20, en Santa Lucía. Al parecer, este oficio de delinquir es algo hereditario: su mamá, de apellido Pavón, también estuvo detenida por cometer fraudes con cheques robados y con la venta de propiedades.

Molina fue apresada en 2016 después de que diez familias la denunciaran por vender terrenos que no era suyos. En aquel entonces se dijo que llegó a recaudar cerca de 800.000 pesos cobrando dinero en efectivo y recibiendo vehículos como forma de pago por dichos terrenos, según datos policiales. Un escribano descubrió que esta mujer había falsificado su firma, la de un gestor y la de cierta documentación. Eso desató el escándalo que terminó con la detención de esta joven mujer, que hoy tiene 30 años. En la Policía se desconoce si esa causa aún está en trámite o si Molina ya tuvo condena en la Justicia.