Pese a que hay dos versiones muy diferentes, hay un hecho indiscutible: una nena de 2 años se salvó de milagro de ser atropellada en plena Avenida de Circunvalación y terminó apenas con algunos golpes, por lo que fue atendida en el Hospital de Niños. Ahora bien, cómo fue que terminó allí la nena es lo que se cuenta con dos historias totalmente distintas, según los propios padres (que iban en el auto con ella cuando pasó todo) y según testigos que estaban en la avenida. Pero, a priori, desde la Dirección de la Niñez intervinieron y no vieron nada que hiciera pensar que los padres hubieran actuado con negligencia. En consecuencia, ni bien se recupere, la nena volverá a su casa con ellos.
Los testigos son dos conductores que manejaban por el anillo cuando sucedió todo, el sábado por la noche. Según relataron, desde el vehículo en movimiento de esa familia cayó un bulto que en principio no alcanzaron a ver qué era. Pero al acercarse, quedaron congelados. El cuerpito de la nena, que había sido despedido por la ventanilla del vehículo, yacía inmóvil en el pavimento.
Uno de los conductores atinó a detenerse y cortar de inmediato el tránsito para evitar que alguien pisara a la nena. Vieron que no tenía heridas graves y, aunque estaba muda del susto, comprendieron que su estado era bastante bueno para el golpazo que se había dado. A todo esto ya se habían detenido otros conductores y se había acercado más gente. Mientras contenían a la niña, llamaron a la Policía. Cuando llegó el patrullero, les contaron a los uniformados lo que habían visto. Y en eso estaban, casi media hora después de la caída de la nena por la ventanilla, cuando aparecieron los padres de vuelta, en el mismo vehículo.
La versión que la familia le dio a la Policía es otra. Dijeron que se habían detenido, que la nena había abierto la puerta y seguramente se había caído en la maniobra y que habían arrancado sin darse cuenta de que la niña no iba sentada en su butaca.
Por lo extraño del caso, intervino la Dirección de la Niñez. Desde el mediodía de ayer entrevistaron a los padres y luego a los vecinos, para ver si hallaban señales de descuido, maltrato o alguna negligencia hacia la criatura. Pero concluyeron que no había nada de eso y, sin perjuicio de seguir con la lupa sobre el caso, establecieron que había sido tan sólo un accidente y no habrá, al menos desde esa repartición, ningún tipo de sanción para los padres de la niña que se salvó del peor final en la Circunvalación por pura casualidad.