Parecía que para esa mujer el viaje en micro desde en el centro hacia su casa en Rawson, había terminado y que por fin estaba a salvo tras retirar 7.000 pesos de un banco. La víctima iba con su hijo de 16 años y al llegar al final del recorrido del ómnibus, se separaron. Ese fue el comienzo de la odisea. Ella enfiló hacia un almacén y el joven se fue a su vivienda a buscar un envase para comprar una gaseosa. En ese momento, un delincuente -con un casco cubriendo su cabeza-, aprovechó que la señora estaba desprevenida y la atacó por detrás. Cuando la mujer caminaba hacia el comercio, el ladrón le manoteó la cartera y comenzaron a forcejear en plena calle. La víctima gritó pidiendo ayuda y luchó desesperadamente con el malviviente para no soltar el bolso donde llevaba el dinero. Pero se cayó al piso y ahí el atraco se tornó más violento, porque el ladrón empezó a patearla sin parar en el piso para que soltara el botín. Por más que se resistió, al final el delincuente le quitó los 7.000 pesos, corrió hasta donde lo esperaba un cómplice en una moto y huyeron, contó la damnificada y la policía.

Todo pasó sobre la calle Alfredo Fortabat, unos metros al Oeste de Hipólito Yrigoyen, en el barrio rawsino Franklin Rawson. El robo ocurrió el miércoles a las 13, pero recién trascendió ayer.

A esa hora, Érica Torres (39) se bajó del colectivo junto a uno de sus hijos, de 16 años, contó la mujer. "Nosotros llegamos a la parada y nos separamos. Hice unos metros y sentí el tirón. Cuando miré, era un tipo con casco y bien vestido", contó la damnificada.

Torres no quiso precisar de qué banco extrajo el dinero y dijo que los 7.000 pesos eran para arreglar su casa, ubicada cerca de donde la atacaron. Sin embargo, desde la policía señalaron que la plata la sacó del banco "Credicoop" (Mendoza y Mitre) y que supuestamente era para el pago de sueldos de los empleados de la empresa de seguridad de su marido. Y que, probablemente, los ladrones sabían de la operación bancaria y la siguieron hasta donde la asaltaron, precisaron fuentes policiales. Lo cierto es que tras forcejear y patearla, el delincuente escapó con el efectivo hasta donde lo esperaba un cómplice en una moto y se fueron.

"Para mí todo duró 10 horas. No pude dormir y tengo mucho miedo de salir a la calle. Fue algo horrible", aseguró la víctima, atemorizada.