Aquella tarde del 26 de noviembre de 2020, Juan Jorge Brizuela (67) le dijo a su amigo y protector, Manuel Domínguez, ese hombre que le daba un techo en su finca de Caucete, que un ratito antes dos mujeres fueron a preguntarle si alquilaba la casa de adelante porque se habían peleado de sus maridos. Y que él se comprometió a preguntar. Al otro día, a eso de las 7, el propietario llegó a su finca con su hijo y se topó con su amigo atado de manos hacia atrás, con una soga al cuello y todo ensangrentado. Desde ese instante, los pesquisas de Homicidios buscaron a esas mujeres y se toparon con que eran madre e hija. También descubrieron que podían haber participado junto a otro hijo de la mujer y dos amigos en el crimen que, se sospecha, tuvo como objetivo el robo de varias cosas de la víctima, como su moto, un televisor, dos garrafas, dos parlantes chicos, herramientas y otras cosas que cargaron en baúl del Renault Torino de Brizuela, abandonado luego y quemado.
Para la Fiscalía, no hay dudas de que esos cinco sospechosos fueron coautores de ese homicidio, triplemente agravado: por alevosía (matar a un indefenso), por el acuerdo premeditado de dos o más personas y criminis causa, es decir por asesinar para asegurarse el robo.
Los sospechosos serán juzgados en la Sala I de la Cámara Penal. Son Viviana Vilma Pereyra (52), sus hijos Leonela Gisel (31) y Martín Walter Moreta (21) y otros dos cómplices: Lucas Javier Herrera (27) y Elio Raúl Castellano (24).
Los complican al menos dos vecinos a quienes les vendieron un televisor y una garrafa. Otros que los vieron en el auto de la víctima o escucharon sus diálogos sobre su vinculación al hecho. O la confesión del acusado Castellano, que declaró cómo fue que "los otros" mataron a Brizuela a primera hora de aquel 27 de noviembre. La fiscal del caso es Silvina Gerarduzzi, los defensores, Martín Torcivia y Nicolás Gómez. Deciden los jueces Víctor Hugo Muñoz Carpino, Miguel Dávila Saffe y Martín Heredia Zaldo.
