El enésimo choque en el peligroso cruce de Caseros y Libertador, en pleno centro capitalino, costó una vida: la de Yamila Gutiérrez (27 años). Y no terminó en una doble tragedia por muy poco, pues la joven cursaba el último mes de embarazo y su bebé pudo ser salvado en el hospital Guillermo Rawson, donde ayer hacían todo lo posible para mantenerlo con vida, dijeron fuentes policiales y judiciales.
Todo pasó sobre las 11 de ayer. A esa hora Yamila Gutiérrez circulaba con su nena de 8 años (estaba fuera de peligro, dijeron) en un Fiat Siena de Este a Oeste por Libertador, cuando fue embestida en su costado izquierdo por el Ford Fiesta que una mujer identificada como Suzanne Torres (45) guiaba hacia el Norte por Caseros.
Fuentes del caso aseguran que Gutiérrez terminó estrellándose con su auto en un árbol. Y que a pesar de la violencia del choque pudo bajarse, muy molesta, porque a todas luces tenía razón: los pesquisas que dirige el fiscal Renato Roca (UFI de Delitos Especiales) tenían como principal hipótesis que la víctima tenía prioridad de paso.
Lo inesperado ocurrió después, pues la joven embarazada se descompensó y a pesar de que instantes después pudo ser trasladada al hospital Rawson, allí los médicos nada pudieron hacer para salvarla. De todos modos, sí pudieron rescatar a su bebé y ayer hacían todo lo posible para poder mantenerlo con vida.
La conductora que, a priori, tuvo la culpa en el violento accidente, permanecía detenida ayer en la seccional 3ra de Trinidad, Capital, a la espera de la audiencia ante un juez en la que podrá saber si recuperará o no su libertad, algo que es posible porque, en principio, le atribuirían un homicidio culposo, es decir, haber causado la muerte de la joven embarazada sin tener esa intención.
- La cesárea estaba programada para hoy
El bebé de Yamila Gutiérrez, la fallecida, iba a nacer por una cesárea que estaba programada para hoy, pero la tragedia se interpuso. Ese fue uno de los tristes datos que revelaron ayer desde el círculo íntimo de la víctima. También contaron que se estaba por mudar junto a su pareja, padre del bebé, y que al auto en el que chocó se lo había regalado un hermano "para que no anduviera con su hija en el colectivo o en remís".
Yamila era la última de tres hermanos (única mujer) y vivía con su hija en la casa de sus padres (el hombre es el guitarrista "Quique" Gutiérrez), en el Barrio Roque Sáenz Peña, en Santa Lucía. "Era una chica buenísima, realmente excelente, y muy hermosa. Nació y se crió acá en el barrio. Los padres de ella están destruidos, no sé cómo van a poder seguir viviendo porque eran tan mimosos con ella. El barrio está igual de mal, por eso este silencio", comentó en la tarde de ayer Rosa, una vecina. Mientras que otra dijo que la víctima "estaba llena de vida, es terrible lo que pasó".
La chica ayer había salido a una consulta médica y a buscar a su hija a la escuela.