Un feroz incendio en una vivienda de Capital dejó a una pareja de ancianos y a su hija discapacitada en la calle. Todo comenzó en la noche del sábado, minutos después de las 21.30, en una casa que alquilan hace 14 años que está ubicada en calle Marconi a pasos de Valdivia, en Trinidad.
Luis Gómez (68) y Rosa Zalazar (66) estaban en la vivienda junto con una de sus nietas que poco antes había llegado a visitarlos. Los tres tomaban mate en el comedor cuando comenzaron a sentir olor a quemado, pero no le prestaron demasiada atención. Sin embargo, la preocupación y los momentos de desazón llegaron tan sólo unos minutos después, cuando la joven de 20 años notó una luz por debajo de la puerta de uno de los dormitorios. “Fuimos a abrir la puerta y las llamas se nos vinieron encima”, dijo Zalazar.
“Fue un horror, el fuego avanzó rapidísimo. Quedamos en la calle y estoy muy preocupada”.
ROSA ZALAZAR Afectada
Según indicaron fuentes policiales, un cortocircuito en las instalaciones eléctricas de la vieja construcción de adobe provocó que el fuego comenzara en el dormitorio para luego volverse casi incontrolable. Las llamas redujeron a la nada todo lo que había en esa habitación en apenas unos minutos, luego tomaron el baño y también causaron daños en el pasillo y el comedor.
Varios vecinos llegaron de inmediato para ayudar a sofocar el fuego, pero poco pudieron hacer. También llegó personal de Bomberos, pero cuando eso ocurrió las llamas ya superaban la altura del techo. Se quemaron un sommier, un ropero, una heladera, un aire acondicionado, un televisor, dos colchones, dos cómodas, dos ventiladores, una plancha, ropa y otros objetos menores. Además, se derrumbó una pared interna del dormitorio y se cayó el techo de ese cuarto. Pero eso no es todo: la familia quedó en la calle porque la vivienda corre peligro de derrumbe, según determinaron los bomberos después de realizar una inspección en el lugar.
Ahora, los damnificados no tienen a dónde ir y eso los tiene intranquilos y muy angustiados. De hecho, la jubilada sufrió ayer una crisis de nervios y tuvo que recibir atención médica. Para peor, la enfermedad que padece en los huesos Ana Gómez (34), que al momento del siniestro no se encontraba en la casa, es también motivo de preocupación debido a que recientemente fue operada y necesita un lugar estable y en condiciones aptas para continuar con la recuperación. “Estamos en la calle, no sabemos qué hacer”, cerró Zalazar.