Un remisero declaró que vio a la ambulancia en calle General Paz y avenida Rioja y ya venía cruzando los semáforos en rojo sin poner las sirenas, según la policía. Ese testigo también contó que vio al equipo médico alejarse en dirección al Este a toda velocidad, hasta que a las dos cuadras se armó el desastre. Esa misma ambulancia agarró de lleno a un policía que cruzaba en moto por Aberastain y encima provocó un impresionante choque en cadena que dejó dañados a siete autos estacionados. Al agente le amputaron una pierna y quedó en grave estado de salud.

El espectacular accidente se registró ayer a las 11 en el centro capitalino. Y el más perjudicado fue el agente Gustavo Javier Olmos, de 22 años, que trabaja en la División Criminalística de la policía. Jefes de la fuerza señalaron que anoche le tuvieron que amputar la pierna derecha -centímetros arriba de la rodilla- y permanecía en terapia intensiva de una clínica privada como consecuencia de las heridas en el cráneo y el tórax.

El policía estaba de franco y andaba haciendo trámites en el centro. Viajaba en una moto Honda Stom 125cc. por Aberastain, cuando fue embestido por la ambulancia de la firma Serca que transitaba por General Paz al Este. En ese cruce hay semáforos, pero la ambulancia cruzó en rojo, según la policía. En ese rodado viajaban el chofer, Héctor Tejada (49), junto a un médico y un enfermero. Supuestamente iban a una emergencia. Un remisero declaró que la ambulancia venía pasando los semáforos en rojo desde Rioja y no traía las sirenas encendidas, reveló una fuente policial. Otro testigo declaró lo mismo.

La ambulancia embistió al agente Olmos y lo lanzó al suelo, mientras llevó arrastrando su moto. Eso no fue todo. Como no pudo detener la marcha, chocó a los autos estacionados sobre el costado Sur de General Paz. Primero golpeó en el costado a un Renault 4 y después impactó contra a un Fiat 600 que acabó sobre la vereda. También se estrelló contra un Ford Escort -terminó en la vereda y totalmente destrozado-, que producto del envión chocó a un Fiat Palio que estaba adelante. Este a su vez impactó a una camioneta Volkswagen Saveiro, éste a un Peugeot 405 y lo mismo pasó con un Fiat Siena.

El que se llevó la peor parte fue el agente Olmos. Ni el casco lo salvó de las graves heridas. El médico y el enfermero que viajaban en la ambulancia solo sufrieron golpes leves, dijo un jefe policial. No hubo más víctimas de milagro. Eso sí, los dueños de los siete autos estaban furiosos, dado que la mayoría habían dejado sus coches estacionados a primera hora de la mañana.