Un vendedor de autos dejó de cumplir días de detención en su casa y pasará al Penal de Chimbas por orden de un tribunal que ayer lo condenó a 5 años de cárcel por haber abusado reiteradamente de su propia hija cuando la nena tenía 4 años.
Abuso simple reiterado agravado por el vínculo fue el delito que los jueces Matías Parrón, Eugenio Barbera y Daniel Guillén consideraron probados al cabo del juicio contra ese comerciante (no mencionado para preservar a la víctima).
El fiscal coordinador de la UFI Anivi Raúl Iglesias y el ayudante fiscal Nahuel Ibazeta apuntaban a una pena mucho mayor porque, a su entender, el ahora condenado había cometido delitos más graves. A saber: abusos que por su duración en el tiempo y las circunstancias de su realización habían configurado graves ultrajes sexuales y algo peor, un acceso carnal con sus dedos.
El tribunal resolvió revocar la prisión domiciliaria y mandar al Penal al condenado hasta que quede firme el fallo.
Al cabo de la investigación, Fiscalía adelantó que buscaría un castigo de 22 años de cárcel y en la misma sintonía se mostró el abogado de la parte querellante, César Jofré.
Esa grave calificación de las maniobras mantuvieron los acusadores en la primera parte de sus alegatos, pero como el tribunal consideró que de las pruebas se desprendían conductas delictivas más atenuadas (los abusos simples), ayer Fiscalía pidió 9 años de pena y 10 años el abogado de la parte querellante.
El caso había sido denunciado por la madre de la niña el 23 de octubre pasado. Entonces relató que estaba separada del papá de su hija y que la niña le había contado que siempre que quedaban a solas la tocaba y que al menos en una ocasión habría introducido sus dedos en sus genitales.
La versión de la menor se repitió ante una psicóloga del Anivi, que no detectó mentiras o relatos inverosímiles.
La ausencia de lesiones fue uno de los argumentos de los defensores, los hermanos Josela y Fernando Echegaray Moya, que ayer pidieron 3 años en suspenso para su cliente. Ahora, podrán impugnar el fallo.