No fue la espectacular fuga del Penal con toma de rehenes de 1999, ni tampoco la misteriosa evasión de Víctor Camargo en el 2005 de los calabozos de la Central de Policía. No tendrá ese cartel, pero el escape del delincuente Franco Villarreal ayer por la mañana de los Juzgados federales fue el más sencillo y efectivo. El preso solo tuvo que abrir la ventana de una oficina y salió, como quien sale de su casa, hacia la vereda para desaparecer en pleno centro capitalino. En los Tribunales federales no quisieron hablar, mientras que los penitenciarios como los policías federales se justificaron cada uno por su lado, pero nadie se hizo responsable de la negligencia o de la falla en la seguridad.
Increíble, pero real, fue la fuga protagonizada por Franco Emanuel "El Bicho" Villarreal (25) del interior de una oficina de la Defensoría oficial, en la planta baja del edificio de la Justicia Federal de calle Entre Ríos, entre Mitre e Ignacio de la Roza. Los guardias penitenciarios y los policías federales que allí custodiaban, recién se dieron por enterado de la evasión cuando un empleado salió a avisarles que un reo había huido por la ventana.
Nadie se hizo cargo de la fuga. En la Defensoría señalaron que no iban a hacer declaraciones. En la Policia Federal prefirieron no hablar sobre posibles responsabilidades en la fuga, aunque aclararon que el preso no estaba a su cargo. Por parte del Servicio Penitenciario, el comisario general (r) Enrique Gil Pérez -actual interventor- dijo: "no se nos fugó a nosotros. No fue culpa del personal penitenciario. La orden fue que debían dejar al interno en la oficina, quitarles las esposas y esperarlo afuera. Así se hizo, y bueno, al rato salió un abogado o empleado que dijo que esta persona se había fugado por una ventana".
Los jefes penitenciarios ni siquiera abrieron un sumario interno, lo mismo que los federales.
Villarreal estaba alojado en el Penal de Chimbas desde el 29 de septiembre de 2009, acusado de robo a mano armada, según fuentes penitenciarias. En su ficha figuran dos causas penales cuando era menor de edad y siete ingresos -ya siendo mayor- en la cárcel desde agosto de 2004, indicaron en el Penal. Registra sólo una condena: es por un robo agravado y cumplió una pena de 4 años y 6 meses de prisión.
Además del caso por robo que carga de 2009 y por la que fue procesado, estando preso se le agregó una causa por tenencia de droga en su celda, dijo un penitenciario. Justamente por ese hecho, ayer a la mañana fue llevado a los Juzgados federales para entrevistarse con el defensor oficial, el abogado Diego Giocoli. Es que próximamente tiene indagatoria. De acuerdo a fuentes penitenciarias y de la propia Defensoría, el interno fue llevado minutos después de las 10 a esas oficinas (son dos) en la planta baja. Ahí le quitaron las esposas y pasó al despacho de Giocoli. El guardia penitenciario supuestamente lo esperó afuera, del otro lado de la puerta y en el pasillo. Villarreal estuvo 15 minutos con el defensor y salió, explicaron. Le dijeron que esperara sentado en el sillón de la primera oficina, mientras tanto Giocoli y su secretario regresaron a su despacho (es otra dependencia), según la versión. Habían otras tres personas esperando en esa primera oficina, junto a Villarreal, explicó un empleado. El reo en esos instantes aparentemente vio que la única ventana -del lado Oeste- no tenía rejas, y no lo pensó dos veces. Ante la sorpresa de esos tres testigos, quitó la traba, abrió el vidrio y se lanzó hacia la vereda de calle Entre Ríos. Eso fue a las 10:30. Hasta anoche, la Policía provincial lo seguía buscando.

