Unos diez minutos antes de las 17, ayer, un llamado al 911 alertó sobre un accidente con una camioneta a la vera de la calle 21 de Febrero, unos 700 metros al Oeste de Zapata, en la zona rural de Angaco. Minutos después, llegó una ambulancia y personal sanitario constató que ya nada se podía hacer por el conductor de ese vehículo, que había perdido la vida al salir despedido y quedar a unos 8 metros del rodado, dijeron fuentes policiales y judiciales.
Carlos Francisco Corica se llamaba ese hombre, tenía 54 años y vivía con su familia en la zona de El Rincón, en Albardón, se limitaron a decir sus parientes. La principal versión que manejaban los pesquisas dirigidos por el fiscal coordinador Adrián Riveros y el ayudante fiscal Emiliano Pugliese (UFI de Delitos Especiales), era que Corica compartió un almuerzo con su familia y se dirigía a una finca que tenía en la zona de Las Tapias, en Angaco, cercana al lugar del siniestro.
Lo que no quedaba claro era en qué circunstancias perdió el control de la Ford Ranger que conducía, cuando circulaba de Oeste a Este por 21 de Febrero.
En el asfalto, quedaron las marcas de una suerte de frenada repentina, con derrape incluido, cuando se cruzó de carril y se metió en una banquina con una pequeña hondonada, donde la camioneta se desestabilizó y empezó a los tumbos hasta que, unos 40 metros después, volvió a quedar sobre sus ruedas.
Si trató de esquivar algún animal o al conductor de otro vehículo, eso podrá saberse luego de las pericias en la camioneta.
Los pesquisas creen que la causa del siniestro pudo ser una falla humana, pero esperan contar con el resultado de la autopsia en la víctima para conocer si acaso sufrió alguna descompensación orgánica. Y también los resultados del informe toxicológico, para saber si conducía o no bajo los efectos del consumo de alcohol.